Guayaquil, Ecuador
La Asamblea Nacional aprobó, el 3 de junio de 2025, la reforma parcial del Artículo 5 de la Constitución para eliminar la prohibición de que bases militares extranjeras operen en el Ecuador. La aprobación hecha por la mayoría de la Asamblea debe ser ratificada por el pueblo a través de un referendo y el artículo de marras quedaría así: “Ecuador es territorio de paz”.
Una base militar extranjera, es un “territorio que un Estado pone a disposición de otro con fines militares, que no implica ninguna cesión territorial, sino una autorización libremente consentida para su uso con esos fines, prestada mediante un tratado que fija su régimen jurídico, en particular el estatuto de las fuerzas allí destacadas y el uso de las instalaciones”. En ningún caso significa ceder soberanía, se lo hace mediante la firma de sendos convenios en los que con absoluta claridad se establecen las reglas que deben respetar los países firmantes. Dichos convenios deben ser difundidos por todos los medios de comunicación para conocimiento de la ciudadanía.
Hay tres tipos de bases militares: Bases Operativas, con instalaciones permanentes desde donde se ejecutan operaciones militares; Bases Logísticas: en las que se almacenan armamento, municiones, equipos, combustible, etc. y Bases de Entrenamiento: destinadas a la instrucción y capacitación al personal militar.
El gobierno del presidente Mahuad, el 12 de noviembre de 1999, firmó el “Acuerdo de Cooperación” para que militares de los Estados Unidos operen un Puesto de Operaciones Avanzadas (FOL, por sus siglas en inglés) desde las instalaciones de la Base Militar de Manta de la Fuerza Aérea Ecuatoriana y monitoreen a través de los aviones-radares más sofisticados del mundo (Awars y Orión) para detectar, controlar y rastrear embarcaciones marítimas, aeronaves que realicen actividades ilegales vinculadas al narcotráfico y a la narcoguerrilla colombiana.
Correa no renovó el convenio en 2009 y nuestro país quedó en la indefensión, la frontera norte pasó a ser puerta abierta para las aeronaves especialmente de los carteles mexicanos.
Entre septiembre y octubre del 2023, en el gobierno del presidente Lasso se suscribieron dos acuerdos con los Estados Unidos para cooperación bilateral, denominados Acuerdo relativo a operaciones contra actividades marítimas transnacionales ilícitas y Acuerdo relativo al estatuto de las Fuerzas. En estos dos tratados internacionales para cooperación en defensa no contemplan la construcción o adecuación de bases militares, pero sí el préstamo de la infraestructura de las Fuerzas Armadas ecuatorianas con propósitos de capacitación y almacenamiento de material.
La muletilla de pérdida de soberanía se les debe acabar a Correa y sus corifeos que se oponen a que operen bases militares extranjeras en nuestro territorio; se olvidan la descarada y consentida violación a nuestra soberanía cuando un campamento bien montado de la narcoguerrila de las FARC, dirigida por el segundo a bordo, alias “Raúl Reyes” operaban desde Angostura, en la provincia de Sucumbios y que fueron abatidos por tropas colombianas el 1°. de marzo de 2008.
Por esta acción Correa rompió relaciones diplomáticas con Colombia, porque había sido violada nuestra soberanía, situación que no se dio con el Perú durante la Guerra del Cenepa; las relaciones se reanudaron después de más dos años, tiempo en que no hubo contacto para el intercambio de información militar y policial con sus pares colombianos, es decir no operó la Comisión Binacional Fronteriza (COMBIFRON).

Tampoco podemos olvidarnos que Correa firmo acuerdos de cooperación militar con las dictaduras más represivas y corruptas del mundo: con Cuba el 22 de abril de 2009, con Venezuela el 22 de diciembre de 2010 y con el sanguinario dictador de Bielorrusia que fue recibido con honores en Quito, el 28 de junio de 2012.
