Batista busca soluciones sacando a un novato

Argentina hizo agua por todos lados en su debut, pero su técnico Sergio Batista parece que solo se propone remendar un lateral de la defensa cuando choque el miércoles ante Colombia en la Copa América.

Lejos de hacer cambios radicales, como piden muchos, Batista sería fiel al equipo que decepcionó el viernes en el empate 1-1 ante Bolivia y el único que saldrá sería Marcos Rojo, el más novato de todos con cuatro partidos con la selección, comparado con los 141 de Javier Zanetti o los 57 de Lionel Messi.

Parece poco probable que sacando a Rojo (Spartak Moscú, Rusia) y haciendo ingresar a Pablo Zabaleta (Manchester City, Inglaterra) los problemas de Argentina se solucionen de la noche a la mañana.

Zabaleta jugará por el carril derecho, donde lo hacía Zanetti, quien a su vez se cruzaría al lateral izquierdo.

Argentina tiene que ganarle a Colombia, que venció 1-0 a Costa Rica, porque de lo contrario llegaría muy comprometida a su último choque ante los Ticos en el cierre del Grupo A.

Batista dijo el domingo en su cuenta oficial de Twitter que para enfrentar a Colombia «no habrá grandes cambios», lo que significa que Carlos Tevez, Ezequiel Lavezzi y Esteban Cambiasso, tres de los más cuestionados, saldrán como titulares.

A Argentina la está faltando un jugador talentoso, que pare la pelota y que entienda que en la cancha está nada menos que Messi, quien ante Bolivia se las tuvo que arreglar nuevamente solo porque la pelota no le llega.

Messi, el emblema del equipo, no tiene a nadie que le de un pase preciso, como lo hacen sus compañeros del Barcelona Xavi y Andrés Iniesta, por ejemplo.

Parecía haber llegado la hora de Sergio Agüero, autor del gol del empate ente Bolivia y lo mejor del ataque en los 20 minutos que jugó, y del debut de Javier Pastore, quizás el más talentoso de los mediocampistas que tiene el plantel argentino.

Los Albicelestes carecen de un jugador pensante por el medio como lo es Pastore, al que su club Palermo de Italia acaba de tasar en 53 millones de dólares.

Batista, que dice hacer un culto del juego asociado, prefiere en el mediocampo a tres «número 5», como se le conoce en Argentina a los volantes centrales: Cambiasso, Ever Banega y Javier Mascherano.

Todos ellos voluntariosos, necesarios para la marca, pero sin la destreza para hacer la pausa y encontrar la descarga justa para que Messi pueda hacer un estropicio arriba y no tenga que bajar tanto.

«No nos volvemos locos porque no ganamos el primer partido», dijo Batista en una columna con su firma el lunes en el diario Clarín. «Sabemos que esto recién empieza y que iremos de mayor a menor».

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