La nueva justicia

Por Héctor Yépez Martínez


Con los últimos vaivenes contra la libertad de prensa, hemos pasado por alto la nueva arquitectura judicial que en estos días se ha levantado sobre Ecuador, gracias a dos sucesos recientes en la Asamblea Nacional.

El primero ocurrió el pasado martes 19 de julio. Mientras los ecuatorianos estábamos pendientes de la audiencia final que, a puerta cerrada y bajo resguardo militar, se celebró en el juicio del Presidente Correa contra El Universo, Galo Chiriboga fue posesionado en la Asamblea como nuevo Fiscal General del Estado. La cercanía de Chiriboga con Correa y el poco disimulo con que el Ejecutivo ha expresado su deseo de que dirija la Fiscalía, luego del concurso público más cuestionado en lo que llevamos de Revolución Ciudadana, me llevan a pensar que lo último que podremos esperar del nuevo Fiscal es que fiscalice. El oficialismo, salvo orden contraria, tendrá 6 años muy cómodos en la justicia penal. El problema es que con ello se abre —o se mantiene— un peligroso incentivo para la corrupción. Si el único freno del Gobierno está en su propia conciencia y no en la justicia, será mejor ahorrarnos cualquier denuncia. Más útil será rezar rosarios.

El segundo acontecimiento fue el jueves 22. Por fin, los legisladores nombraron a su delegada para unirse al Consejo Transitorio que gobernará la Función Judicial durante el próximo año y medio. Se llama Tania Arias, favorita de PAIS. Hasta entonces, era Presidenta del Tribunal Contencioso Electoral. Luego de haberse bloqueado la designación de Arias una semana antes por una insólita mayoría de la oposición, finalmente se cedió a su nombramiento desde el oficialismo, gracias a un voto en blanco de María Paula Romo.

La misión representativa de la Asamblea ha fallado cuando las posturas reflejadas en el último proceso electoral no han logrado dibujar un nuevo mapa político a nivel parlamentario. Por supuesto, no se trataba de que la oposición impida la designación del delegado al Consejo transitorio. Eso, como bien advirtió Correa, hubiera sido boicotear el mandato de la consulta popular. Lo que sí correspondía era trabajar para que el delegado legislativo fuera consensuado por distintos sectores políticos y no impuesto unilateralmente por PAIS. Sin embargo, los asambleístas de oposición hicieron todo lo contrario: se dedicaron a evadir la designación del delegado sin lograr consensos. Así demostraron, por un lado, su desprecio a la democracia, y por otro, su empeño en seguir siendo, por los siglos de los siglos, nada más que oposición, antítesis, negación de cualquier proyecto.

Las palabras de María Paulo Romo me dan la razón: “Nuestra decisión ha sido votar en blanco por la candidata de gobierno porque creemos que le corresponde al Movimiento PAIS y al Presidente asumir la total responsabilidad política de lo que suceda en esta transición.” Que PAIS se friegue solita. Si con ello se arriesga la justicia de todo el Ecuador, qué importa.

Y así comienzala reestructuración judicial. Con un Consejo tripartito cuyas tres partes responden a Correa. Hoy más que nunca, luego de la sentencia relámpago contra Emilio Palacio, El Universo y los Pérez, se siente la necesidad urgente de una reforma de raíz. Sin embargo, también hoy más que nunca, aumentan las sospechas de que esa reforma irá de la mano con un control político de la justicia.

Mi diagnóstico:

El gran reto del nuevo Consejo es desmentir mi predicción. Que sus miembros, a pesar de ser nombrados por PAIS, no se conviertan en vasallos del Presidente Correa. Que no sean instrumento de persecución a través del abuso de la justicia. Que aprovechen esta oportunidad trascendental en la historia ecuatoriana para no repetir el inmenso daño que nos hizo el Partido Social Cristiano. Que consigan instaurar, por el contrario y de una vez por todas, un sistema de justicia honesto, eficaz e independiente.

Por desgracia, los ciudadanos no tenemos ningún mecanismo institucional para controlar que todo lo anterior se vuelva realidad. También por desgracia, la oposición sigue ofuscada en negarse a todo, en vez de intervenir activamente para construir lo que se aprobó en consulta, de una forma que represente más a todas las tendencias de la sociedad. Sin frenos ni contrapesos, con un Fiscal y un Consejo alineados a quienes ostentan el poder, y con una oposición que hace gala de su inutilidad, no queda más que seguir el eterno consejo del Presidente: tener fe. Y ponerse a rezar.

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4 Comments

  1. No es verdad que gracias a MPR se designó a Tania Arias, xq el voto en blanco de César Rodríguez empató la serie. Los verdaderos responsables están en el PRE y en el PRIAN como ha investigado esta propia página.

    • Hasta donde sé, el único voto en blanco fue de Romo (lo demás: 61 a favor, 48 en contra, 12 abstenciones). Las abstenciones de otros, según he leído, no se suman a la mayoría de PAIS. En cuanto a la ausencia de Vargas (que se mencionó en esta página), también estuvo ausente la primera votación, donde la oposición tuvo mayoría, así que eso no hizo la diferencia.

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