Primer matrimonio gay en la Cuba de los Castro

Wendy Iriepa, una transexual de 37 años, e Ignacio Estrada, un homosexual portador del virus del VIH y crítico con el régimen cubano, se casaron hoy legalmente en La Habana en una inusual boda que hicieron coincidir con el 85 cumpleaños de Fidel Castro para reivindicar los derechos del colectivo gay.

Decenas de curiosos e invitados, entre los que había miembros de la comunidad homosexual y representantes de la disidencia interna, además de corresponsales extranjeros se congregaron esta tarde ante las puertas del Palacio de Matrimonios del barrio Víbora para presenciar el enlace.

Ejerció de madrina la famosa bloguera crítica Yoani Sánchez y como padrino su marido, Reinaldo Escobar.

«Vamos a marcar a partir de este momento una nueva etapa para Cuba. Toda la sociedad civil estamos luchando para eso», dijo a su llegada a las dependencias oficiales donde se celebran los casamientos un Ignacio Estrada algo nervioso, vestido con traje y camisa blancos y corbata roja.

Los novios, recorriendo La Habana, antes del matrimonio.
Destacó que su boda quiere ser «un paso más» para la comunidad homosexual en Cuba y recordó que el propio Fidel Castro admitió el año pasado en una entrevista la persecución homófoba que sufrieron personas en Cuba a comienzos de la revolución. La homosexualidad, señalada como una «tara burguesa» fue perseguida en la Isla, y durante la década de los setenta, miles de personas fueron encarceladas y condenadas a trabajos forzados en los cañaverales para ser «reeducadas».

«Mi boda se la dedico a todas las personas que la quieran hacer suya», declaró, por su parte, una exultante Wendy vestida con un traje de novia blanco con escote palabra de honor a quien ni la lluvia pudo arruinar una espectacular llegada al Palacio de Matrimonios a bordo de un Ford descapotable de los años 50.

Wendy Iriepa es una de las beneficiadas con las operaciones de cambio de sexo en Cuba promovidas por el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) que dirige Mariela Castro, hija del presidente Raúl Castro, y este año recibió además la documentación oficial que avala su género como femenino gracias a las gestiones de esa entidad.

Entre los logros de esta institución que trata de sensibilizar sobre el respeto a la diversidad sexual está precisamente la legalización de esas cirugías en Cuba en el año 2008.

Hasta hace pocas semanas Wendy Iriepa trabajaba en el Cenesex pero pidió su renuncia después de tener «problemas» con Mariela Castro debido a su relación con Ignacio, vinculado a sectores críticos con el Gobierno.

Por ello la boda ha llegado precedida por cierta polémica acerca de su «politización», si bien se celebró con normalidad y sin incidentes.

La propia Mariela Castro en declaraciones el viernes a corresponsales felicitó a Wendy por el enlace y resaltó que todo el trabajo del Cenesex «ha sido para eso, para el bienestar y la felicidad» de sus compañeras.

Wendy e Ignacio se dieron el «sí quiero» e intercambiaron anillos ante una notaria del Palacio de Matrimonios que les leyó los preceptivos artículos del código de familia cubano.

La boda concluyó con el tradicional beso en una sala abarrotada de invitados, fotógrafos y cámaras y amadrinados por Yoani Sánchez, quien reportó a través de Twitter tanto la ceremonia como sus preparativos, ya que prestó su casa a los novios para vestirse, peinarse y maquillarse.

Yoani Sánchez recordó ayer en su web «Generación Y» que este casamiento no puede considerarse estrictamente una «boda gay» porque Wendy tiene un carné de identidad con género femenino e Ignacio es un hombre. «Pero es lo más cerca (al matrimonio homosexual) que hemos podido llegar», según la bloguera.

Entre los invitados se encontraba la líder de las disidentes Damas de Blanco, Laura Pollán, quien calificó la boda como un «reto» en favor de los derechos del colectivo homosexual. EFE

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