Teherán, EFE. Las autoridades iraníes ahorcaron hoy en público en la ciudad de Karaj, al oeste de Teherán, a un joven condenado por el asesinato del famoso culturista local, Ruholah Dadashi, informó la agencia oficial de noticias iraní, IRNA.
Según la fuente, más de diez mil personas asistieron al ajusticiamiento del reo, quien fue arrestado y juzgado en apenas dos meses.
Los hechos ocurrieron el pasado 16 de julio, fecha en la que Dadashi se vio involucrado en una discusión de tráfico con tres jóvenes, algunos menores de edad, uno de los cuales al parecer le acuchilló.
- Rouhollah-Dadashi, culturista iraní, asesinado.
Los otros dos implicados han sido condenados a tres años de cárcel y 80 latigazos y a 80 latigazos respectivamente por haber consumido alcohol.
La ejecución pública era un procedimiento muy habitual en los primeros tiempos de la República Islámica, fundada en 1979, pero en los últimos años había sido confinada a los patios de las cárceles para tratar de mejorar la imagen del país.
En los últimos meses, sin embargo, se ha vuelto a informar de castigos físicos, como los latigazos, y de ejecuciones en las calles del país.
En Irán rige una interpretación de la ley islámica o Sharia que condena a la pena capital a los asesinos, los violadores, los narcotraficantes y a aquellos que atenten contra la ley de Alá y la República Islámica.
Según las estadísticas que maneja la organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional, Irán es, con más de 300 ahorcamientos al año, el segundo país del mundo que más ejecuciones realiza, solo por detrás de China y por delante de Arabia Saudí y Estados Unidos.
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