La OMC inicia el examen de las políticas comerciales de Ecuador

La Organización Mundial del Comercio (OMC) inició este lunes el examen de las políticas de Ecuador, un ejercicio que sirve para calibrar y evaluar periódicamente el desempeño comercial de cada uno de sus Estados miembros.

El examen comenzó a partir del informe elaborado por la secretaría de la OMC, en el que se define a Ecuador como «una pequeña economía ‘dolarizada’, bastante abierta y muy dependiente de los ingresos del petróleo».

La OMC considera que Ecuador «sigue siendo vulnerable frente a las conmociones externas, como la reciente desaceleración económica mundial que empezó en 2008 y ha frenado el crecimiento», algo que se ha visto agravado por «la brusca caída de las remesas de los emigrantes, la segunda fuente más importante de divisas».

Sin embargo, esta organización constata que «Ecuador ha sorteado bien la crisis», con un crecimiento del PIB del 3,6% en 2010 y una previsión de crecimiento del 5,1% para 2011.

La OMC destaca que una mejora del desarrollo humano y una «ligera» reducción de la desigualdad de los ingresos, pero advierte de que «el nivel de productividad del Ecuador hace que sea una de las economías menos competitivas del mundo».

El informe alerta también que la dolarización del régimen monetario «limita las opciones de política macroeconómica para responder a conmociones externas, lo que ha incidido en aumento brusco del déficit fiscal (hasta el 5,1% del PIB en 2009).

El documento resalta que desde 2009 las entradas de inversión extranjera directa (IED) cayeron «considerablemente» por «un entorno cada vez más incierto para las inversiones en razón de importantes cambios políticos y constitucionales».

«La Constitución de 2008 -dice la OMC- ha dado pie a frecuentes conflictos y controversias y ha suscitado la preocupación de los inversionistas en numerosas esferas, tanto en el Ecuador como fuera del país, lo que es posible que haya perjudicado a la IED».

La OMC espera que el crecimiento económico de Ecuador siga siendo «relativamente fuerte», pero indica que la prosperidad a largo plazo depende de que el país mejore su productividad y competitividad internacional y sea capaz de diversificar su economía».

«Está por ver si las políticas poco ortodoxas del Ecuador, como la intervención del Estado y la sustitución selectiva de importaciones, junto a la liberalización del comercio a escala regional, son los medios más eficaces para alcanzar sus objetivos económicos y sociales», considera la Organización.

El viceministro de Comercio Exterior e Integración Económica, Franciso Rivadeneira, representó a Ecuador en este examen y consideró «muy positivo» en líneas generales el informe de la OMC.

El responsables de Comercio Exterior reconoció que Ecuador tiene «un problema serio» en su balanza comercial, que afecta a la ecuación macroeconómica y, por ende, a la estabilidad», pero señaló que «ha logrado manejar su política económica de una manera extremadamente ordenada».

«Hemos sido mucho más cautos en el manejo de las finanzas que la mayoría de los países que nos quieren enseñar cómo hacer las cosas», manifestó en declaraciones a Efe.

El viceministro afirmó que el informe contiene errores por el uso de «fuentes erróneas» o de información estadística «que no es la adecuada», y consideró que también «hay algunos juicios de valor que no compartimos y que no afectan a nuestros compromisos con la OMC».

Esos juicios de valor «tienen que ver más con los resultados y el sendero que ha decidido tomar el país en el ámbito del desarrollo y la economía», expuso Rivadeneira, que indicó que estadounidenses y europeos fueron los que más inquietudes le expresaron en lo referente a la inversión y la protección de las inversiones.

«Les preocupa mucho el hecho de que el Ecuador haya tomado la decisión de denunciar los acuerdos bilaterales de protección de inversiones», explicó el viceministro, que defendió esta «decisión soberana» del país y la conveniencia de sustituirlos por «contratos de inversión», un mecanismo que consideró mucho más útil.

Rivadeneira explicó ante la OMC que estos contratos incluyen la posibilidad de ir a una instancia internacional que acuerden las partes para un arbitraje en caso de disputa.

Sobre las licencias de importación en el sector automotor, que también generan inquietud, señaló que «no busca ser una restricción cuantitativa a las importaciones, sino esclarecer cuál es el efecto de este sector en la balanza comercial del país».

«Es posible que se eliminen a finales de año. No se trata de una política a largo plazo», aseveró Rivadeneira. EFE

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