NUEVA YORK (AP) — Peter Brouwer cumple 56 años mañana miércoles. Pero si contamos las veces que ha festejado su verdadera fecha de nacimiento, sólo tendría 14 años.
Brouwer llegó al mundo un año bisiesto y al igual que muchas otras personas que nacieron el 29 de febrero, se regocija con la singularidad de su cumpleaños. Incluso piensa que hay una ventaja en festejar tu verdadera fecha de nacimiento cada cuatro años.
«No tenemos el drama psicológico de envejecer todos los años», dijo Brouwer, quien vive en Vancouver, Canadá, y es cofundador de la Sociedad Honoraria de los Bebés de Años Bisiestos.
Los demás años, explicó Brouwer, la mayoría de las personas nacidas en año bisiesto —tal vez el 80%— celebran sus cumpleaños en febrero porque nacieron en ese mes. «Los llamamos rigurosos febrerinos».
Pero Jennifer Whisnant, de Greensboro, Carolina del Norte, y cuya hija Ava nació en 2008, dice que ellas «celebran el sábado más cercano o el 1 de marzo, que es técnicamente cuando ella hubiera nacido si no hubiera sido año bisiesto».
Los certificados de nacimiento y la mayoría de las oficinas gubernamentales utilizan el 29 de febrero para quienes nacieron en año bisiesto, pero emplear la verdadera fecha de nacimiento algunas veces ocasiona complejidades burocráticas. Algunos menús desplegables computarizados no incluyen el 29 de febrero.
«Mi póliza del seguro de vida es del 1 de marzo porque la computadora no permitió el año bisiesto», dijo Brouwer.
En Facebook, los amigos de Anne McCarthy reciben el 28 de febrero un aviso de que su cumpleaños es mañana. Pero llega el 1 de marzo y «no hay nada, por eso, a menos que sea año bisiesto, los amigos no verán recordatorios de cumpleaños para el día en curso», dijo McCarthy, de Boston y quien cumple 24 años el miércoles (seis en años bisiestos).
No hay números confiables sobre exactamente cuántos bebés nacieron en año bisiesto, pero estadísticamente las probabilidades de nacer son las mismas que en cualquier otro día.
«La ley de la probabilidad significa que la posibilidad de nacer el 29 de febrero es una en 1.461», aseguró Brouwer al explicar que 1.461 es igual a 365, el número de días en el año, cuatro veces más uno extra por el ciclo que completa los cuatro años. «Imaginamos que en Estados Unidos habremos unos 200.000 y en el mundo unos 5 millones».
Tampoco hay una forma sencilla de determinar definitivamente si las madres con cesáreas programadas o partos inducidos evitan o prefieren este día.
En Estados Unidos nacen menos bebés en fines de semana que en cualquier otro día, de acuerdo con un estudio del Centro Nacional de Estadísticas de la Salud, y como el 29 de febrero cayó en domingo en 2004 y en viernes en 2008, las cifras de nacimientos de esos años no dirán la historia completa.
Nadie sabe qué sucederá este año. En los cuatro hospitales Inova Health System en Virginia, donde más de 20.000 bebés nacieron el año pasado las «mujeres están huyéndole a la fecha; es lo que hemos encontrado», dijo el vocero Tony Raker.
Pero en el Hospital Florida en Orlando «la gente preferiría tener al bebé el 29 de febrero. «Tenemos un ligero aumento en el número de cesáreas programadas ese día porque es especial», informó la vocera del hospital Sara Channing.
Uno de los que nacerá el miércoles en este centro de salud en Florida es el bebé de Tammy Gerencser, quien no dudó cuando su médico pospuso su cesárea para el 29 de febrero.
«Me dieron este papel que dice ‘Entrarás al 29 de febrero»’, dijo Gerencser. La mujer explica que aunque algunas personas le recomendaron cambiar la fecha, otras estaban muy emocionadas. Este es su segundo hijo y «me dijeron que no podría tener más bebés, así que de cualquier forma es especial».
Andrea McGowan, enfermera y partera en el Centro Médico Montefiore en el Bronx, opinó que «será como cualquier otro miércoles» en la sala de maternidad. Pero puede dar un consejo de primera mano para quien sea padre ese día: su propia hija nació el 29 de febrero de 1996. «Festejar ese día da un pequeño don y se vuelve un tema de conversación», aseguró.
Algunos festejados llegan con sus propios rituales para festejar los años que no son bisiestos.
Rachel Laber, de la ciudad de Nueva York, y quien cumple 24 años el miércoles, prefiere celebrar los días 28. Pero para apaciguar a quienes defienden al 1 de marzo «he celebrado dos días más o menos los últimos 10 años».
Jan Harrell, de Oregon, se queda a festejar hasta la medianoche con amigos que le dicen «¡Feliz cumpleaños!» en ese «mágico nanosegundo» entre el 28 de febrero y el 1 de marzo.
«Mi cumpleaños es como un chiste cósmico», señala Harrell, quien cumple 64 (16 bisiestos) esta semana. «Pero no un chiste malo, sino uno muy, muy divertido».