¿Indemnizaciones o dinero fácil?

Por Eduardo Carmigniani
Guayaquil, Ecuador

Decía hace unas semanas que si bien el perdón de la pena y de la indemnización cerraban el capítulo de interés meramente privado del caso El Universo, quedaban aún pendientes de resolver algunas cuestiones de interés público, como el pésimo antecedente de que una indemnización de perjuicios (económicos o morales) pueda ser calculada disparatadamente, como lo hizo el meteórico juez Paredes, con la insólita confirmación de tres jueces de la corte nacional. Agregaba que, como la sentencia reciente contradice muchos otros precedentes de la Corte Suprema -según los cuales la indemnización no puede ser fuente de enriquecimiento indebido-, el pleno de la corte nacional debía pasar a dirimir la discrepancia, corrigiendo el último entuerto.

Pero el diputado Paco Fierro, de Chimborazo, se ha adelantado a los jueces. El pasado 23 de marzo presentó un proyecto de ley para limitar la cuantía de las indemnizaciones por daño moral: ni menos de diez salarios mínimos unificados, ni más de cien (es decir mínimo 2.920 y máximo 29.200 dólares). Entre las consideraciones consta que si bien es «…evidente que la víctima de daño moral debe ser indemnizada por la aflicción sufrida y es obvio que el agresor o responsable de tal hecho sea condenado a resarcir el daño», debe establecerse para ello «…montos acordes a la realidad nacional, que no sean simbólicos como determinan varias legislaciones europeas, ni millones de dólares como los establecidos por los actuales jueces nacionales».

Este proyecto debiera ser respaldado por todas las bancadas en la Asamblea, pues las indemnizaciones no pueden ser fuente de enriquecimiento ilícito, y precisamente en eso se las está pretendiendo convertir en el paisito, con la frecuente ayuda de jueces mandados o coimeados, que por cualquier quítame estas pajas, o peor, sin explicación alguna, mandan a pagar cantidades exorbitantes. Ya es hora de poner coto a semejantes mañas; como también dice el proyecto Fierro: «que no sea el juicio por daño moral el mecanismo a través del cual se busque y en ocasiones se obtenga dinero fácil».