LOS ANGELES (AP) — John Travolta volverá pronto a la gran pantalla, pero semanas de publicidad negativa han enfocado los titulares en su vida personal y no en el regreso de uno de los más grandes astros de Hollywood.
Travolta interpreta a un agente antidrogas corrupto en «Savages», un filme de Oliver Stone sobre una guerra entre cultivadores de marihuana y un cartel mexicano de la droga. Es el tipo de papel de tipo malo y carismático que ha mantenido la popularidad de Travolta los últimos años, aunque no sea en este caso el protagonista.
Esta semana se espera que enfrente a los medios de comunicación por primera vez desde que explotó la noticia de que unos masajistas lo demandaron por toquetearlos.
Una fuente allegada a la producción de «Savages» dijo a The Associated Press que las recientes dificultades de Travolta no han alterado sus planes para promocionar la película. La fuente, que no estaba autorizada a hablar públicamente, dijo que Travolta estaba dando la misma cantidad de entrevistas que otras estrellas del filme, como el puertorriqueño Benicio del Toro y la mexicana Salma Hayek.
La primera cinta con Travolta desde el 2010 se estrena menos de dos meses después de que el actor fue acusado en una demanda de manosear a dos masajistas. El caso rápidamente fue esclarecido por el abogado de Travolta, quien desacreditó a uno de los demandantes anónimos argumentando que su cliente se encontraba al otro lado del país el día de uno de los supuestos incidentes.
Sin embargo, la demanda fue ampliamente reportada tanto por medios de reconocida seriedad como por tabloides, y los reportes subsiguientes se han enfocado en la sexualidad de Travolta. El actor no ha respondido directamente los señalamientos, pero su representante los ha negado firmemente.
Travolta ha sufrido golpes que incluyen la muerte de su hijo Jett en el 2009, de los que ha podido recuperarse a nivel profesional. Varios expertos opinan que es poco probable que el caso de los masajistas vaya a afectar su carrera.
Robert Marich, autor de «Marketing to Moviegoers», dijo que la naturaleza turbia de las acusaciones en su contra significa que probablemente el público le dé el beneficio de la duda.
«En situaciones como ésta el púbico es muy indulgente con las estrellas», dijo Marich.
«Los cinéfilos sienten que tienen una relación personal con el actor que se basa en lo que ven en la pantalla», añadió. «No esperan que las figuras de Hollywood sean unos santos».