La crisis paraguaya

Por Joaquín Hernández
Guayaquil, Ecuador

No están claras las causas de lo sucedido el pasado 15 de junio en la finca de Moronby, en la localidad de Curuguaty, propiedad del grupo empresarial de Blas Riquelme del partido conservador Colorado, en el noreste paraguayo, entre un grupo de campesinos conocidos como los carperos y agentes de la policía. Los carperos habían ocupado la finca y los policías llegaron a desalojarlos. Hubo entonces un enfrentamiento repentino que culminó con 16 muertos. Algo inusitado si se tiene en cuenta que en un período de 12 años, como señala el director jefe del diario paraguayo ABC, nunca se había producido algo así pese a las evidentes tensiones por las ocupaciones de tierras en un país de grandes latifundios, obtenidos muchos de ellos en la época del dictador Alfredo Stroessner. Lugo actuó rápidamente y destituyó al ministro de Gobierno y al comandante de la Policía. Pero a la semana siguiente fue destituido por «mal desempeño de sus funciones» precisamente lo sucedido en Curuguaty.

¿Qué pasó ahí? Según el enviado especial del diario español El País, los informes forenses señalan que los disparos partieron de francotiradores que dispararon al cuello y a la cabeza. Precisamente, una de las acusaciones permanentes de los líderes del partido Colorado contra Fernando Lugo es que apoyaba a los carperos y a las tomas de tierra protagonizadas por este grupo.

¿Por qué la unión y la rapidez de todas las fuerzas políticas representadas en el Parlamento, incluido el partido liberal al que pertenece el actual presidente Federico Franco por destituir a Lugo a quien le quedaban apenas nueve meses para terminar su gestión? De la gestión de Lugo no se podía esperar nada radical ya. Hay un consenso entre los analistas que se quedó muy atrás de las expectativas que levantó cuando fue electo con más del 40% de la población en 2008. La reforma agraria, la más importante de ellas, casi no ha podido concretarse por la soledad parlamentaria del presidente y la oposición del poderoso partido Colorado con los demás grupos políticos como se demostró el día de la destitución.

Pese al bajo perfil de Lugo para la toma de medidas radicales, sus años al frente del poder no han sido ajenos a presiones que ya fueron advertidas en marzo 2010 por el periodista Francois Musseau en su artículo «Coup d’Etat rampant en Paraguay», aparecido en Le Monde Diplomatique de ese año. Musseau mostraba la oposición rampante del poderoso partido Colorado entre cuyos líderes hay figuras de la dictadura de Stroessner. La hipótesis sería sacar del poder a Lugo, no tanto por ser ya un peligro presente cuando para que no esté en las próximas elecciones.

Todas estas cuestiones afectan la credibilidad de las decisiones tomadas. Mientras, el panorama regional se vuelve cada vez más adverso al nuevo Gobierno, tanto que el domingo pasado por la tarde, el periódico virtual de Paraguay, Ultima Hora.com publicaba los resultados de la encuesta: ¿Crees que el Gobierno de Federico Franco aguantará la presión internacional? El 51% opinaba que si, mientras el 49%, no.

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