Mujica insiste en que la legalización de la marihuana busca combatir el narcotráfico

El presidente de Uruguay José Mujica. Foto de Archivo: La República

El presidente uruguayo, José Mujica, insistió este jueves en que su proyecto de legalizar la compraventa de marihuana en el país tiene por objetivo combatir el narcotráfico, al que definió como «el peor flagelo de América Latina».

«En las últimas décadas, el peor flagelo para América Latina ha sido el crecimiento constante del narcotráfico por su carácter de alto riesgo y suculentas ganancias», escribió Mujica en un texto que publicó la página digital de la Presidencia uruguaya.

El gobernante frenó a mediados de mes su iniciativa de legalizar la compraventa de marihuana y pidió a sus colaboradores que «eduquen a la gente» para intentar que la iniciativa logre el apoyo popular del que ahora carece.

«Hay que educar a la gente porque ahora le estamos regalando la población al narcotráfico», afirmó el mandatario como forma de defender su iniciativa que busca hacer del Estado el único gestor para la producción, venta y control de la marihuana en el país.

Mujica agrega que en Uruguay «existen mercados de adictos», que por «necesidad son fieles y reservados» y señala que uno de cada tres presos en el país «lo está por delitos relacionados con las drogas».

Según cifras oficiales, en Uruguay son unos 9.500 los reclusos para una población de 3,3 millones de habitantes.

El narcotráfico «es un negocio de mercado, que se alimenta a sí mismo y que la represión, desde hace unos 50 años, no logra desarticular», señaló el mandatario.

En sus fases más avanzadas «el narcotráfico envilece en general al mundo del delito, pues introduce las prácticas de ajustes de cuentas y de soborno combinado con amenazas a las familias de los escalones policiales», agregó.

«Por si fuera poco, usa las cárceles (uruguayas) como cuarteles de organización y comando a distancia», enfatizó.

En la última década hubo en el país «un incremento del narcotráfico» que, además, «tiende a generalizar la violencia en las diversas relaciones de la sociedad», estimó Mujica.

«Es por todo lo anterior que nos proponemos arrebatarle el mercado de la marihuana a la acción clandestina y tratar a la adicción severa como una enfermedad peligrosa», señaló el presidente uruguayo.

El mandatario insistió en que con su proyecto, a estudio del Parlamento, «no se trata de defender una droga benigna. Toda adicción es mala, de plano. El objetivo es dominar e influir en la puerta de entrada a la drogadicción«.

En principio, los diputados oficialistas tenían la intención de aprobar el proyecto antes de finales de año y pasarlo al Senado para que se convirtiera en ley en el primer semestre de 2013.

La gobernante coalición de izquierda Frente Amplio tiene mayoría tanto en al Cámara de Diputados, donde actualmente se analiza el proyecto de ley, como en el Senado, adonde será enviado posteriormente, pero la legalización de la marihuana genera polémica y divide a todos los partidos con representación parlamentaria.

Poco antes de que Mujica revelara que pidió a los legisladores oficialistas «frenar» el trámite parlamentario, una encuesta de la empresa Cifra reveló que el 64 % de los uruguayos está en contra del proyecto, incluyendo al 53 % de los votantes del FA.

Mujica dijo hace seis meses, cuando presentó la iniciativa, que estaba dispuesto a realizar encuestas populares para conocer la opinión de los uruguayos y dejarla sin efecto si era mayoritariamente rechazada.

El proyecto de ley autoriza al Estado a asumir «el control y la regulación de actividades de importación, exportación, plantación, cultivo, cosecha, producción, adquisición, almacenamiento, comercialización y distribución de cannabis o sus derivados».

Según cifras de la Junta Nacional de Drogas, el 20 % de los uruguayos de edades entre los 15 y los 65 años consumió marihuana alguna vez en su vida y el 8,3 % la consumió en el último año. EFE

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