Juan Valdez lleva el aroma del Café de Colombia a Oriente Medio

Bogotá, 19 jun (EFE).- Juan Valdez, la marca del café premium de Colombia, expandirá sus fronteras con la apertura de las primeras tiendas en Kuwait, Dubai y Brunei, siguiendo un modelo de negocio basado en la inclusión social, el desarrollo rural y la proyección internacional.

«Nuestra prioridad en expansión es Oriente Medio, el norte de África y el sureste asiático», dijo a Efe María Fernanda Concha, directora de Sostenibilidad y Comunicación Corporativa de Procafecol, el holding de negocios de valor agregado de los caficultores colombianos.

Como parte de ese proceso, en aproximadamente un mes y medio la figura del bigotudo cafetero Juan Valdez y su mula Conchita con las montañas de Los Andes al fondo estará en un café que se abrirá en Kuwait y luego en Dubai (Emiratos Árabes Unidos) y en el igualmente próspero sultanato de Brunei.

Estas tiendas se sumarán a las inauguradas recientemente en México y Perú y a las franquicias que se abrirán en el sur del estado de Florida (EE.UU.).

La idea de crear una marca dedicada al café colombiano de la más alta calidad surgió de la crisis que golpeó al sector a comienzos de la década del 2000 cuando la caída del precio internacional del grano estuvo a punto de llevar a la ruina a los caficultores, cuyos ingresos no compensaban siquiera los costes de producción.

Fue así que en 2002 nació Procafecol, empresa controlada por la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (FNC), con el 84 % de las acciones, y que tiene como socios a la Corporación Financiera Internacional (IFC, sigla en inglés), entidad del Banco Mundial y a 18.714 pequeños accionistas cafeteros.

«El objetivo fue sobrevivir a la crisis y generar negocios de valor agregado para los cafeteros», explica Concha.

En sus diez años de existencia, Juan Valdez ha abierto 161 tiendas en Colombia, la más nueva de las cuales se inaugura esta semana en un centro comercial de Bogotá, y 49 en el exterior, en países como Estados Unidos, España, Ecuador, Chile, México, Perú, Panamá o Aruba.

Detrás de este negocio hay toda una filosofía de trabajo que busca que los caficultores se beneficien realmente de las ventas de cada taza del café colombiano que se vende en el mundo.

En Colombia existen 566.460 familias productoras de café, el 96 % de ellas en pequeñas propiedades de 1,6 hectáreas en promedio, y cerca de 2,5 millones de personas trabajan en esa industria que es el principal producto agrícola del país.

Procafecol, que forma parte de la FNC, reconoce la calidad del producto que compra a los campesinos con el pago de una prima sobre el precio del grano y paga regalías al Fondo Nacional del Café por las utilidades de Juan Valdez.

Esa política de regalías ha generado en diez años recursos por 30.600 millones de pesos (unos 17 millones de dólares), dinero que se invierte en bienes públicos y en proyectos sostenibles de los cafeteros como contribución al desarrollo rural del país.

«Tenemos un modelo de negocio inclusivo con proyección internacional», explica la directora de Sostenibilidad y Comunicación Corporativa de Procafecol.

Más que vender una bebida, ropa, accesorios y otros productos con la marca Juan Valdez, lo que Procafecol busca es «generar emoción, bienestar y satisfacción alrededor del mejor Café de Colombia», uno de los principios de la compañía.

Para ello utiliza sólo los mejores granos, clasificados en la categorías «macizo», «volcán», «colina» y «cumbre», según las tierras de las que proceden, o por origen geográfico, lo que les da aroma, acidez y cuerpo diferentes, así como los cafés con certificaciones de sostenibilidad cuya producción sigue estrictas normas ambientales y sociales.

Como un aporte a la paz del país, Juan Valdez produce dentro de su línea de cafés especiales el «Café de la Reconciliación», cultivado en comunidades campesinas que han sido escenario del conflicto colombiano y que optaron por construir un proyecto de paz y en armonía con el medioambiente.

«Llevamos cinco o seis años trabajando en líneas de paz, hablando de reconciliación, de esperanza para Colombia, y creemos que ese es un aporte único de la tiendas Juan Valdez a nuestro país», afirma Concha. EFE

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