Opinión

Ida y vuelta

Bernardo Tobar
Quito, Ecuador

Los gitanos, que se adjudican la propiedad del soniquete y han adoptado el duende de Lorca como si lo hubieran capturado durante su trashumancia desde la India, hicieron de la península Ibérica puerto. Pero ya en el camino, probablemente cruzando el Bósforo en su paso hacia Europa, dejaron huellas de soleá, que cinco veces al día se rompe desde los minaretes islámicos. Y los árabes, tan dados a reciprocar, con eso del ojo por ojo y soléa por seguiriya, les enviaron más notas oscuras, las que hacen la dimensión musical del flamenco, desde, Tánger, Argelia y Alejandría, con la carga de sensualidad que solo esta última ciudad puede aportar.

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