Sin la favorita Bachelet, candidatos celebran el primer debate presidencial

Santiago de Chile, 9 oct (EFE).- Sin la favorita para ocupar el palacio de La Moneda el próximo año, ocho de los nueve candidatos presidenciales chilenos celebraron esta noche el primer debate electoral para los comicios que se celebrarán el 17 de noviembre.

En un país que se caracteriza por una estructura político administrativa centralista, los aspirantes presidenciales presentaron su programa en un foro televisado organizado por la Asociación Nacional de la Prensa (ANP) de Chile que tuvo como eje central la política para las regiones.

El formato de la discusión, tres preguntas para cada candidato, sin interpelaciones y dos minutos para una exposición final, y la ausencia de la exmandataria Michelle Bachelet, favorita en todas las encuestas, restó expectación a la cita, celebrada en Coquimbo, 460 kilómetros al norte de Santiago.

Las propuestas de los intervinientes en la primera mitad del debate se enfocaron en el proceso de descentralización y la manera en la que las regiones deben participar de forma más relevante en el desarrollo político, social y económico del país.

Sin embargo, antes de que la discusión comenzara, la atención la acaparó la ausencia de Michelle Bachelet, quien no tenía previsto acudir al foro y este miércoles se dedicó a hacer campaña en las ciudades norteñas de Iquique y Alto Hospicio.

La ausencia de Bachelet fue considerada por sus oponentes como un desprecio hacia las regiones, donde viven aproximadamente dos tercios de los 17,4 millones de chilenos.

Sin embargo, portavoces del comando electoral de la expresidenta salieron en su defensa al señalar que Bachelet es la candidata que se ha sometido a más debates a lo largo de su carrera política y que en este momento está muy concentrada en mantener el mayor contacto posible con los electores.

No obstante, la candidata de la Nueva Mayoría (la alianza electoral integrada por la Concertación y el Partido Comunista) ha confirmado que asistirá a los debates organizados por la Asociación Chilena de Radiodifusores (Archi) el próximo 25 de octubre y la Asociación Nacional de Televisión (Anatel), los días 29 y 30 de este mes.

Los ocho participantes fueron Evelyn Matthei (Alianza), Franco Parisi (Independiente), Marco Enríquez-Ominami (Partido Progresista), Marcel Claude (Partido Humanista), Ricardo Israel (Partido Regionalista de los Independientes), Roxana Miranda (Partido Igualdad), Alfredo Sfeir (Partido Ecologista Verde) y Tomás Jocelyn-Holt (independiente).

En la segunda parte del debate, que duró dos horas, los candidatos aprovecharon para hablar de asuntos de política general.

Así, la representante de la derecha, Evelyn Matthei, exministra de Trabajo en el gabinete de Sebastián Piñera, que ha prometido la creación de 600.000 nuevos empleos, aseguró que ninguna mujer ganará por debajo de los 600 dólares mensuales y también rechazó la educación superior gratuita para todos que propone Bachelet.

«No le voy a regalar la educación universitaria a los hijos de los ricos», dijo Matthei, quien aprovechó la oportunidad para fustigar a la exdirectora de ONU Mujeres, de la que dijo que «como no se conoce el programa, es difícil saber lo que quiere», y al independiente Franco Parisi, sobre quien aseguró que «no va a estar en el Parlamento ni en ninguna parte».

Por su parte, Marco Enríquez-Ominami, quien en la primera vuelta de la anterior elección presidencial (diciembre de 2009) dio la sorpresa al conseguir un 20 por ciento de los votos, subrayó que «Chile necesita una nueva Constitución».

Ominami criticó a Bachelet al señalar: «No logro comprender cómo la candidata de la Concertación silencia debates», y a Matthei, ya que según él, «mete miedo» en el debate electoral.

Parisi, un independiente próximo al electorado conservador que según las encuestas le está comiendo terreno a Matthei, aseguró que él no le debe favores a nadie y recalcó que «hay que sacar a los apitutados», como se conoce en Chile a las personas situadas en puestos privilegiados gracias a favores personales y políticos.

Los demás aspirantes, en su mayoría situados en la izquierda, hicieron propuestas radicales tendentes a dotar a Chile de una nueva Constitución, acabar con privilegios heredados del pasado por sectores como las Fuerzas Armadas y fortalecer la protección social de los sectores más desfavorecidos.

Además de votar por el futuro presidente y elegir a los diputados y senadores, los 13 millones de chilenos que están llamados a las urnas en noviembre deberán elegir a los representantes de los consejos regionales, un organismo cuya principal tarea es repartir el presupuesto designado a cada ministerio.

Sin embargo, a diferencia de Argentina, México o Brasil, Chile tiene una estructura administrativa jacobina, sin un ápice de descentralización y mucho menos de federalismo.

Por eso, la primera mitad del debate, todos los candidatos coincidieron en que si logran la presidencia, otorgarán más protagonismo a las regiones, muchas de las cuales han sido escenario en los últimos dos años de conflictos motivados por lo que consideran un trato económico y político discriminatorio. EFE

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