Victoria aplazada

Joaquín Hernández Alvarado
Guayaquil, Ecuador

¿Por qué Michelle Bachelet no ganó en primera vuelta como se esperaba en base a las encuestas que se hicieron públicas un mes antes de las elecciones? Entonces, el tono era triunfal  al estilo de las declaraciones del presidente del Partido Socialista, Osvaldo Andrade, que recoge el periódico virtual El Mostrador de Santiago,: “si todo Chile entiende que la próxima presidenta de Chile será Michelle Bachelet, resolvamos esto en primera vuelta… Perdóneme lo coloquial: hagámosla cortita”. El entusiasmo no estaba centrado solamente en la arrolladora victoria de la candidatura presidencial en la primera vuelta, sino además en el triunfo que significaría contar con una mayoría lograda en la elección de diputados y senadores, indispensable para llevar adelante importantes reformas a la estructura jurídica del país. Por ello, los titulares de muchos de los periódicos dejaron huella en la concisión que les caracteriza del rictus que provocó el tránsito inesperado de la euforia a la reflexión: “Bachelet arrasa pero no logra evitar la segunda vuelta”  (El Mundo); O, el de:“Bachelet: el huracán que no fue”. (El Mostrador), hasta el melancólico de  El País: “Bachelet no logra triunfar en la primera vuelta de las elecciones de Chile”.

Tampoco el optimismo reinante hace un mes se ha reflejado en las elecciones de senadores y de diputados. La Nueva Mayoría, el grupo de partidos que postulan a Bachelet,  solo llegará a tener 21 senadores  lo que le permitiría a la mandataria los votos necesarios para leyes de quórum simple y calificado pero no las reformas a la Constitución que son al parecer básicas para dejar atrás el Establecimiento legado por la dictadura militar.

Por ello resultan equívocos por decir lo menos, análisis como el de Francisco Peregil aparecido en El País de Madrid, “América Latina, escorada a la izquierda” que asume, sin beneficio de inventario, la relativa derrota de la candidata de la Nueva Mayoría como un mero aplazamiento a la victoria definitiva en diciembre.

Es evidente ciertamente que la candidata con mayores probabilidades para triunfar en esa fecha será Michelle Bachelet pero es cierto también que el relativo “fracaso” en esta primera vuelta es un mensaje de moderación. “No haber ganado en primera vuelta y logrado los doblajes suficientes en el Congreso significa que las partes de sus propuestas más radicales probablemente serán moderadas o simplemente no tendrá los votos para implementarlas”, recogía El Mostrador.

Sin embargo, este giro hacia posiciones consensuadas, que involucran el diálogo con todos los actores, tendría también consecuencias para la coherencia de la Nueva Mayoría. Bachelet puede quedar expuesta a los fuegos cruzados de sus seguidores o aliados que reclaman cambios más radicales frente a los que plantean moderación.  “El objetivo no es solo desplazar a la derecha, sino que también no exista un nuevo gobierno de la Concertación” sentenció días antes la conocida ex dirigente estudiantil Camila Vallejo, hoy elegida por el Partido Comunista.

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