El extécnico de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, en inglés), Edward Snowden, señaló este martes que considera «misión cumplida» el debate generado tras sus filtraciones de miles de documentos secretos del espionaje secreto de la inteligencia estadounidenses.
«Para mí, en términos de satisfacción personal, la misión ya ha sido cumplida. Ya gané«, dijo Snowden, en una entrevista exclusiva publicada en el diario Washington Post y realizada en Moscú, donde se encuentra asilado.
«Tan pronto como los periodistas pudieron ponerse a trabajar, todo lo que había estado tratando de hacer fue validado. Porque, recuerden, yo no quería cambiar la sociedad. Quería dar a la sociedad la oportunidad de determinar si debería cambiarse a sí misma», agregó Snowden, de 30 años.
Las revelaciones de espionaje masivo, filtradas por el extécnico de la NSA a los diarios Washington Post y el británico The Guardian, provocaron un escándalo diplomático, al dar a conocer que los servicios de inteligencia estadounidenses habían vigilado millones de comunicaciones en Europa, incluidos los de líderes políticos como la canciller alemana Angela Merkel o la presidenta brasileña Dilma Rousseff.
En su entrevista, la primera en persona desde que llegó a Rusia en junio, Snowden insistió en que su objetivo «era que la opinión pública pudiese dar su opinión sobre cómo ser gobernados».
«Ese hito se pasó hace bastante tiempo. Ahora mismo, lo que estamos viendo son metas expandidas«, sostuvo, en referencia a la posibilidad de que Estados Unidos ordene revisar y elevar los controles sobre las operaciones de inteligencia.
Asimismo, rechazó las acusaciones vertidas desde Estados Unidos, donde algunos legisladores le han calificado de «traidor» y le han acusado de entregar documentos secretos a países como Rusia y China.
«No hay ninguna evidencia de la acusación de que tengo lealtades con Rusia o China o cualquier otro país en lugar de Estados Unidos. No tengo relación con el gobierno ruso. No he alcanzado ningún acuerdo con ellos», añadió.
«Si he desertado, lo he hecho desde el gobierno al público«, recalcó.
Por otro lado, explica cómo presentó sus dudas en al menos dos ocasiones ante la magnitud de los programas de espionaje y la falta de control a sus superiores, y cómo éstas fueron desestimadas.
«Creo que el coste de un debate público franco sobre los poderes de nuestro gobierno es menor que el peligro supuesto por permitir que estos poderes continúen creciendo en secreto», indicó.
A Snowden, que llegó a Moscú procedente de Hong Kong, le fue concedido asilo político por parte de las autoridades rusas después de pasar varias semanas en la zona de tránsito del aeropuerto internacional de la capital.
Reconoció que su idea era viajar hacia Sudamérica pero que la decisión del gobierno de Washington de invalidar su pasaporte no le dejó otra opción que permanecer en Rusia.
Poco después de su aterrizaje, el Departamento de Justicia presentó cargos en su contra por presunto espionaje y robo de propiedad gubernamental.
Sobre su vida en Moscú, señala que es «ascética», concentrada en libros e internet, aunque afirma que no es un problema porque nunca ha necesitado salir demasiado.
«Siempre ha sido realmente difícil sacarme de casa. No tengo muchas necesidades. Ocasionalmente, hay cosas que hacer, ver, gente con la que encontrarse. Pero siempre con un objetivo. De otro modo, con tal de que pueda sentarme, pensar, escribir y hablar con alguien, me vale», afirmó. EFE