Revolución en la mente de los ucranianos

Olga Bieliagina
Kiev, Ucrania

El prospecto de estrechar los lazos entre Ucrania y la Unión Europea parece hoy una lejana esperanza.  El presidente ucraniano Viktor Yanukovich estuvo en Moscú ultimando los detalles de un rescate por 15 millardos de dólares proveniente de Rusia y la garantía de gas a bajo precio.  Yanukovich, sin embargo, todavía no ha comprometido  el ingreso de Ucrania a la Unión Aduanera del Kremlin.

El acuerdo con Rusia es un balde de agua fría para los miles de manifestantes apostados en el centro de Kiev.  Aun cuando no tienen un objetivo claro en común, estos perseverantes reclamantes tienen claro que quieren mayor integración con la Unión Europea y un cambio en la forma de gobierno ucraniana –todavía plagada de nepotismo y corrupción.

A fines de noviembre pasado, justo una semana antes de cumplirse la fecha programada para la firma de un Acuerdo de Asociación entre Ucrania y la Unión Europea, el régimen de Yanukovich mostró su clara intención de bloquear el proceso.  Esta decisión dejó a la Cumbre de la Alianza Oriental, dispuesta para el 29 de noviembre en Vilna, enfrentada a la intriga y la incertidumbre, desatando protestas generalizadas a través de Ucrania.

La canciller alemana Angela Merkel dijo antes de la cumbre, “No tengo esperanza alguna de que suceda esta vez, pero la puerta está abierta”.  Yanukovich  explica su decisión de no firmar el acuerdo afirmando que la economía ucraniana ‘no está lista’, y demanda además una amplia gama de requisitos que deben ser cumplidos por la EU.

Ha existido además otro factor importante en las negociaciones entre Ucrania y la UE: la ex primera ministro y posible candidata a la elección presidencial de 2015, Yulia Tymoshenko.  La líder opositora sigue en prisión, lo cual continúa siendo una barrera en la relación Ucrania-UE.

La situación de Tymoshenko es un ejemplo de la justicia selectiva ucraniana basada en motivaciones políticas.  En 2011 había sido encarcelada, para cumplir una pena de 7 años, por ‘abusar de su posición oficial en la firma de los acuerdos de gas con Rusia en 2009’.  La evidencia era indiscutible por los millones de dólares perdidos.  No obstante, dado que los alegatos de corrupción y las denuncias de abuso de poder son comunes en Ucrania, las motivaciones políticas detrás de su reclusión siguen siendo obvias.

Como resultado de la fallida conclusión de la cumbre de Vilma, cientos de miles de ucranianos se dirigieron a la Plaza de la Independencia para expresar pacíficamente su rechazo a la estrategia de Yanukovich.  Cuando la gente cantaba el himno nacional ucraniano, la policía antimotines entró y agredió salvajemente a miles de personas incluyendo niños, mujeres y ancianos.  En otra ocasión atacaron a los manifestantes y siguieron golpeándolos aún cuando yacían ensangrentados e inconscientes en la calzada.  Videos de este estremecedor ataque han sido compartidos y ampliamente comentados alrededor del mundo.  Poco después el gobierno explicó la necesidad de ‘limpiar’ la Plaza de la Independencia, ¡para instalar un árbol navideño a las 4 de la mañana!  A pesar de las promesas del régimen, existe la posibilidad de que este tipo de situaciones se repita.

La Plaza de la Independencia, conocida también como Maidan, se ha transformado ahora en un gran campo de protesta involucrando a gente de toda Ucrania.  La protesta es una enorme operación, cuenta con una infraestructura desarrollada que provee asistencia médica, comida caliente y ropa abrigada debido a las bajas temperaturas.  Pero la gente no ha considerado siquiera la posibilidad de darse por vencida, mientras la atmósfera amigable en la nación lleva a las personas a ayudarse mutuamente en todas las formas posibles.  Adicionalmente, algunas protestas tuvieron lugar cerca de las oficinas centrales de las principales cadenas de televisión debido a la insatisfacción con la forma en que las manifestaciones son presentadas en varios de los noticieros.

Esta no es la primera vez en que la actual Ucrania se ven protestas generalizadas en contra del gobierno.  En 2004, la llamada ‘Revolución Naranja’, liderada por Viktor Yushenko y Yulia Tymoshenko, se originó como resultado del fraude electoral y la intimidación a favor de Yanukovich[i].  Finalmente Yushenko fue investido como el tercer presidente de Ucrania independiente.  Sin embargo, a diferencia de la Revolución Naranja, que agrupó a una esfera más amplia de la sociedad, las protestas actuales no tienen un trasfondo de política partidista.  Es más, las manifestaciones de hoy no son anti-Rusia, sino solamente pro-Europa, e incluso la gente rusa está expresando su apoyo a Ucrania.  Por su parte, el presidente Vladimir Putin ha tratado de desestimar estos eventos calificándolos como “no una revolución, sino un desastre”.

Los líderes de oposición hacen discursos regularmente en Maidan, pero felizmente ninguno salió lastimado durante el sangriento enfrentamiento con la policía; afortunadamente habían salido de la plaza 40 minutos antes de que llegaran los uniformados.  La oposición está representada por 3 partidos políticos, incluyendo el UDAR (“Golpe” en ucraniano) del boxeador Vitali Klitschko –pero sus acciones muestran falta de planificación e incapacidad para enfrentar una serie de eventos como ésta.  Ahora demandan un juicio político en contra del presidente ucraniano.  También han apelado al presidente de los E.E.U.U. Barack Obama, pidiéndole que implemente sanciones en contra de la coalición gobernante en Ucrania.  El disgusto con la coalición, conformada por el Partido de las Regiones (de Yanukovich) y los Comunistas, se ve reflejado en el derrocamiento de la icónica estatua de Lenin en el centro de Kiev.  Desafortunadamente, a pesar de que hay alrededor de 200 partidos políticos registrados en Ucrania, solo 5 tienen representación en el parlamento, y ninguno mantiene valores firmes –incluyendo las ideas liberales.

Al mismo tiempo, representantes de la UE, en un comunicado conjunto, anunciaron su deseo de continuar las negociaciones con Ucrania en Kiev.  Los diplomáticos europeos han dicho que están ansiosos de discutir la situación, pero solo en un marco bilateral UE-Ucrania, y no en el formato tripartito UE-Ucrania-Rusia como fue mencionado por el presidente ucraniano en Vilna.

Tras el fracaso de las conversaciones con la UE, Yanukovich ha visitado Rusia en dos ocasiones, resultando en el reciente acuerdo sobre gas y deuda, que estrecha aún más los lazos de los ex aliados soviéticos.

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