Los secretos del feriado

María Fernanda Egas
Miami, Estados Unidos

Al más puro estilo cinematográfico, el juicio por el caso del préstamo irregular del Banco Cofiec al ciudadano argentino Gastón Duzac, comenzó la última semana de marzo con la detención en el aeropuerto de Tababela de uno de los principales implicados. Pero no, no era ni el extranjero que recibió el préstamo, ni tampoco la principal autoridad bancaria de entonces, el primo del presidente, sino el cuñado de este. Sin embargo, puede decirse que tres años después del cuestionado préstamo, empieza a desenrollarse la punta del ovillo de la principal razón de existir del correísmo: el feriado bancario.

Gracias a la reciente publicación de “Los secretos del feriado: Una historia oculta en Carondelet desde el año 2007”, del asambleísta por Pachacutik Cléver Jiménez y su asesor, el periodista Fernando Villavicencio, se remueve el caso que es apenas el último capítulo de esta historia llena de nada extrañas coincidencias.

Para quienes aún no han sucumbido a la amnesia inducida por la propaganda oficial sobre la más reciente y profunda crisis económica del Ecuador de 1999, esta contó con la participación especial de Pedro Delgado, primo del actual presidente, quien fungió como economista sin serlo, y por entonces era el Gerente de Riesgos y fue quien promovió la “flexibilización de los rangos de calificación aceptables y la obligación de cesión de garantías, por lo que se entregó cupos de crédito a las IFI’s que sufrían severos problemas de crédito” (sic. “Pedro Delgado entra en escena”).

Esto fue lo que dio luz verde a la debacle financiera que nos han prohibido olvidar.

Delgado ha participado en puestos claves en el transcurso del tiempo, debiendo huir por la acusación del banquero Nicolás Landes de haberle forjado un informe perjudicial en el año 2000, revela el libro. La suerte volvió a estar de su lado en el 2007, pues su primo Rafael Correa Delgado se convirtió en presidente y entonces volvió al Ecuador y fue nombrado máxima autoridad del Banco Central del Ecuador, y además recayó en sus manos el Fideicomiso AGD-CFN No Más Impunidad.

Su obra maestra en esta ocasión sería haber otorgado algo así como la bula papal a los protagonistas del feriado bancario, menos a la familia Isaías, quienes fueron no solamente dueños de Filanbanco, sino también de medios de comunicación con el 50% de la audiencia nacional, y de empresas altamente productivas que no escaparon a la mira del gobierno.

Cuál ha sido la responsabilidad ulterior de los banqueros beneficiarios de aquellos 1.172 millones de dólares de la Corporación Financiera Nacional (CFN) y por los cuales los ecuatorianos y el Estado recibieron apenas papeles?

Para dejar constancia a las próximas generaciones, en el 2007 la CFN tenía US$281.3 millones en CDR’s y CPG’s  y el gobierno en vez de devolver los papeles a los bancos beneficiarios de los créditos, “se inclinó del lado de los banqueros y a través de la cuestionada Transitoria 14 de Código de Finanzas Públicas, aprobada por la Asamblea Nacional en octubre del año 2010, volvió a la vida esos papeles y decidió negociarlos en el mercado, cerrando de esa forma, once años después, el círculo de la infamia más grande de los últimos tiempos, el “salvataje bancario”, dicen en su libro Jiménez y Villavicencio.

Por este acto  de perdón y olvido no se ha investigado a nadie, pero este marzo del 2014 la justicia revolucionaria llamó a juicio a los implicados en el préstamo de 800 mil dólares sin garantías entregado durante la gestión de las manos limpias, el del Banco Cofiec a Duzac.

El hilo conductor del libro de Jiménez y Villavicencio es Pedro Delgado como el personaje clave en el manejo alegre de los recursos del Estado. Así, acaba teniendo también protagonismo en este caso que se inicia el 2 de diciembre del 2011, día en que Duzac fue a Cofiec a pedir el préstamo con las garantías sin respaldo pero con la referencia de un supuesto amigo del presidente, Pedro Elosegui, y una importante suma transferida de Petromanabí, empresa que perteneció a los Isaías y cuyas ganancias a partir del 2008 fueron a parar al Fideicomiso AGD-CFN No Más Impunidad manejado por Pedro Delgado.

No puede pasar desapercibido el detallado relato sobre quienes, cómo y cuándo diseñaron “La megaincautación”, que no ha logrado recuperar los montos en que estuvieron originalmente valorizados los bienes de la banca cerrada, especialmente los pertenecientes a la familia Isaías, como EICA, Maxigraf, Hacienda Las Mercedes, y Ecudos.

Tampoco se puede dejar de recordar cómo la ilusión por la oferta presidencial en el 2009 de convertir a los trabajadores de este ingenio azucarero, Ecudos,  el “activo más valioso de la familia Isaías” (sic), se desvaneció y acabó en ”El alegre manejo y la depredación de Ecudos”.

El libro relata cómo en marzo del 2007, con apenas dos meses en el poder, el presidente fue puesto al corriente de la responsabilidad de su primo en la crisis bancaria. Pero poco antes del lanzamiento de este libro los autores han sido allanados, tienen orden de captura y su paradero es, por ahora, el único secreto.

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