Empresa española dice que CNE canceló contrato por intereses

Quito, 23 abr (EFE).- La empresa española Scytl, que suministró servicios tecnológicos para las elecciones locales celebradas en febrero en Ecuador acusó hoy al presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE) de ese país, Domingo Paredes, de actuar por «intereses» al cancelar el contrato suscrito con la compañía.

«Creemos que (la decisión) obedece a intereses del presidente del CNE de trabajar con otro proveedor», dijo a Efe el director ejecutivo de Scytl, Pere Vallés, quien agregó que «todas las señales» que su empresa ha recibido apuntan a que se buscó la «terminación unilateral» del contrato para buscar, dentro de lo permitido por la ley, a otro proveedor.

El presidente del CNE declinó hoy ofrecer declaraciones sobre las manifestaciones de Scytl y se remitió al comunicado difundido por el organismo el pasado 16 de abril, cuando anunció la rescisión del contrato, en el que indicó que «en las elecciones del 23 de febrero se puso a prueba el sistema entregado, el mismo que se volvió lento y tuvo errores que no se corrigieron a tiempo».

Sin embargo, Vallés, en declaraciones a Efe desde Barcelona, explicó que el sistema suministrado por la empresa «funcionó correctamente y se entregó la elección dentro de los plazos que establece la ley», por lo que calificó de «incomprensible y arbitraria» la cancelación del contrato.

Agregó que, además, su empresa volvió a suministrar sus servicios en elecciones parciales celebradas el 23 de marzo en cantones de las provincias de Esmeraldas, Guayas, Imbabura, Manabi, Morona Santiago, Napo y Tungurahua; el 30 de marzo en el cantón Pedernales (provincia de Manabí) y el 13 de abril en el cantón Balzar (provincia de Guayas).

«Si Domingo Paredes creyera que nuestro sistema no funcionó correctamente no lo hubiera utilizado después», señaló.

El responsable de Scytl dijo que su sistema funciona a partir de la infraestructura proporcionada por el cliente, pero en este caso, «los servidores que proveyó el cliente eran inferiores en número a los que se había comprometido para el proyecto y hubo servidores que se destinaron a otros usos».

Sobre la demora en los resultados de las elecciones, indicó que tal vez la expectativa que se transmitió al publico no se correspondía con el compromiso asumido por su empresa «con ese número de servidores», lo que pudo afectar a «la percepción de la gente sobre el funcionamiento del sistema».

En cuanto a los supuestos intereses que, según él, habrían motivado la finalización del contrato, el director de la compañía aseguró que «no es un interés tecnológico» y recordó que en las elecciones presidenciales de 2013 su empresa también trabajó «de forma exitosa».

Por ello consideró que «no hay motivo técnico» y, al mismo tiempo, señaló que su compañía conoce que «hay proveedores que se han acercado al CNE».

Vallés aseguró que Scytl estudia emprender acciones legales, civiles y, en su caso, penales, en Ecuador y también en instancias internacionales, ante esta decisión que, según dijo, «tampoco se entiende por parte de mucha gente dentro del CNE», desde donde la compañía ha recibido mensajes «favorables y de apoyo».

Dijo que el CNE adeuda a la firma española más de un millón de dólares de las elecciones de 2013, cantidad que se ha comprometido reiteradamente a pagar, lo que ha incumplido y, a pesar de ello, Scytl volvió a trabajar con el organismo en las elecciones de febrero.

Por los servicios prestados para esos comicios, la firma ha recibido en torno a 150.000 dólares, según Vallés, aunque Paredes señaló el 16 de abril que «el monto global del contrato es de 5,9 millones de dólares», de los que «se han pagado 3,6 millones de dólares».

El directivo español aseguró que su empresa ha trabajado en más de 35 países, algunos de ellos en la región latinoamericana, como Perú, México, Honduras, Argentina y Brasil, además de Filipinas, India, Sudáfrica y Etiopía y «nunca hemos visto un comportamiento como el del presidente del CNE», dijo.

Agregó que su empresa ha pedido en varias ocasiones reunirse con Paredes, quien «no ha querido hablar» con sus representantes.

«Nunca nos habían cancelado un contrato. Es la primera vez y estamos alucinando», dijo Vallés, quien señaló que, si surgiera una nueva oportunidad, volvería a trabajar con el CNE, pero «con este presidente, no». EFE

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