Glass llama a apostar por integración energética regional

Montevideo, 30 may (EFE).- Los países de América Latina deben apostar por una mayor integración energética que sirva para desarrollar el cambio en la matriz productiva y ofrecer «complementación» y no «competencia» entre ellos, afirmó hoy el vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas.

En una entrevista con Efe en Montevideo al cierre de su visita de tres días a Uruguay, en donde se reunió con el presidente José Mujica y otras autoridades, Glas mantuvo la tesis de que los gobiernos de la región deben plantearse «otros ejes de integración» además de los políticos ya puestos en marcha como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y que la energía y el nuevo modelo de industrialización que de ella se deriva deberían ser esenciales.

«La política es uno de los rostros de la integración y debemos plantearnos otras formas. Y creo que la integración energética, con las dificultades que afrontan algunos países en este campo, es una de las claves», dijo Glas.

En ese sentido, el vicepresidente de Ecuador explicó que su país está desarrollando en la actualidad ocho centrales hidroeléctricas y que planea construir dos más con la idea de cambiar la «estructura energética» de su país, logrando al mismo tiempo una electricidad «abundante y amigable con el medio ambiente».

«Pero no la queremos solo por eso, sino para poder exportarla y tenerla para nuestro nuevo modelo de industrialización», añadió.

La idea de Glas es crear «una bolsa de energía latinoamericana» a a través del desarrollo de la interconexión eléctrica que vea ese recurso como «una oportunidad de desarrollo» y no tanto como un negocio.

«Nos podemos intercambiar energía, y así encontraremos complementariedades. Está claro que no puede haber desarrollo sin energía», añadió.

Glas puso como ejemplo a su país, que con el superávit energético que alcanzará en 2016 con la puesta en marcha de sus nuevas centrales eléctricas podría representar «enormes competitividades regionales».

Así, apuntó que mientras Chile exporta el cobre en bruto a Japón o China para ser refinado, podría hacerlo en Ecuador dada su «abundante energía barata y renovable» y enviarlo ya procesado al consumidor final.

«Eso es complementariedad, no competencia. Y eso genera competitividad, porque somos parte de un mundo globalizado nos guste o no», añadió.

Este tipo de integración también debería venir de la mano de otro tipo de decisiones políticas, como definir unas reglas mínimas regionales para atraer a las «necesarias inversiones de las multinacionales» a la región sin que estas le impongan condiciones a los pueblos.

«No puede ser que las trasnacionales valoren sus inversiones en función de qué países son más flexibles en sus controles medioambientales o abaraten la fuerza laboral. No se puede a costillas de los trabajadores entrar en una suerte de competencia para ver adónde van las inversiones», ilustró.

Glas apuntó que unidos en la Unasur, los países de la región podrían definir «estas reglas mínimas», que implicarían «otra forma de integración», más allá de lo «comercial».

«Esos pasos se dan cuando la ciudadanía se ha apoderado de la integración, y esta será mucho más efectiva. Y esta integración no puede quedarse en el nivel político», enfatizó Glas. EFE

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