Al mexicano César Millán, más conocido como «El encantador de perros», le salió un rebelde que no se sometió a sus encantos. Y el saldo fue una mordida en su mano, que aunque no tuvo mayor gravedad, si le provocó sangrado. El sorprendido Encantador requirió de alcohol en la herida y un poco de agua para pasar el susto.
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http://youtu.be/01su70Zzj9k