El Estado Islámico «contrata» profesionales para su califato del terror

Washington, 14 sep (EFE).- La milicia yihadista del Estado Islámico (EI) quiere contratar ingenieros, gestores, jueces, médicos y traductores para poner las bases de su califato gobernado mediante el terror, pero también a través de una relativamente sofisticada estructura burocrática.

Los yihadistas del EI han ampliado su dominio territorial al aprovechar el caos de la guerra civil siria y la rencillas sectarias dentro de Irak hasta abarcar un área en el que viven unos 8 millones de personas, ahora súbditos de un grupo bien organizado con una idea en mente: consolidar su «dawla» (estado) islamista.

El EI, bajo el puño autoritario del autoproclamado califa Abu Bakr al Bagdadi, ha creado una compleja estructura administrativa con nueve consejos que redactan leyes, dirimen disputas, gestionan los ingresos de actividades de contrabando, recaban impuestos y manejan el aparato de propaganda de la organización.

Tras proclamar su califato a finales de junio, Al Bagdadi hizo un llamamiento a musulmanes de todo el mundo para que emigren a este territorio fuera del control de los gobiernos de Siria e Irak.

El «califa» daba la bienvenida en esa grabación (bit.ly/1nR0ORu) a expertos en jurisprudencia islámica y a «todos aquellos con habilidades militares, de gestión, doctores e ingenieros de todo tipo».

La CIA calcula que el EI puede contar con hasta 31.500 combatientes, una cifra que ha crecido rápidamente en dos años y a la que los yihadistas intentan sumar personal cualificado, a veces atrayendo simpatizantes extranjeros, pero sobre todo mediante la coacción o el pago de salarios a personal local.

«El Estado Islámico está comenzando a proveer servicios públicos a modo de propaganda, como en el caso de la reparación de líneas eléctricas», explica a Efe Aymenn Jawad al Tamimi, experto en grupos extremistas sirios de la Universidad de Oxford.

En Irak, el EI ha fundado nuevas provincias, ha levantado señales para marcar las fronteras de esos nuevos distritos administrativos, ha colocado controles de policía y publica circulares para instaurar el orden.

Hace dos semanas, miembros del EI comenzaron con su cruzada por el orden público en una refundada provincia del Éufrates abordando problemas cotidianos: «se prohíben los derrapes», «las motos no pueden superar los 60 km/h y deben circular en el arcén derecho»; los que incumplan esta directriz verán sus motocicletas confiscadas.

Además de crucificar, degollar y realizar ejecuciones masivas de soldados enemigos y civiles, los yihadistas intentan ganarse el favor de los habitantes de los territorios que gobiernan imponiendo el orden y mejorando algunos servicios, al mismo tiempo que exigen el cumplimiento estricto de preceptos islámicos, so pena de drásticos castigos.

«Operan de algún modo como un gobierno, tienen una estructura compleja y empleados, quieren poner raíces en el territorio que ocupan, pero se financian básicamente de actividades criminales e ilegales», indica a Efe Lori Plotkin ex analista de la CIA y experta del Washington Institute.

Con la intención de mantener vivo este experimento embrionario de un «estado» que se extiende desde Alepo (Siria) hasta los fértiles valles del Tigris y el Éufrates en Irak, el EI ha puesto a su servicio a ingenieros de plantas hidroeléctricas y ha comenzado a operar en el mercado negro del petróleo.

Esta semana el subdirector del Centro Nacional de Contraterrorismo de Estados Unidos, Nick Rasmussen, reconoció que el EI podría estar ingresando más de un millón de dólares diarios vendiendo petróleo, aunque para algunos analistas el número puede ser hasta tres veces mayor.

Juan Zarate, experto del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) y ex responsable del Departamento del Tesoro en contraterrorismo, explica a Efe que «esos números son conservadores, está claro que probablemente hay más dinero que no se ha detectado que ingresan por la venta de petróleo».

Según Luay al Khatteb, investigador de Brookings Institution, los islamistas están vendiendo crudo a entre 25 y 60 dólares el barril, muy por debajo de los más de 100 dólares del precio de mercado y han creado una infraestructura para transportar el preciado líquido en camiones cisterna y conseguir colocarlo en el mercado internacional.

Plotkin recuerda que el EI se ha convertido en «la organización terrorista más rica de la historia» con cientos de millones de dólares en su poder y que están también ingresando decenas de millones de dólares con la venta de tesoros arqueológicos, el secuestro y la extorsión.

Estados Unidos y sus aliados se enfrentan posiblemente a la organización yihadista mejor organizada y financiada de la historia, seguramente también la mejor armada. EFE

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