Una imagen, mil palabras

María Sol Pons Cruz
Guayaquil, Ecuador

Tal como dice el famoso dicho, una imagen mil palabras. ¿Qué se viene a la cabeza cuando vemos las imágenes de los yihadistas decapitando a quienes ellos consideran sus enemigos?

Analizo las imágenes e intento comprender qué es lo que está pensando el verdugo cuando le corta la cabeza a su víctima y no lo comprendo. Puedo suponer que es alguien que ha pasado por algo muy doloroso que lo llevó al momento al que me refiero, así mismo, me imagino lo que la víctima está pensando y me provoca taparme los ojos y dejar de pensar porque nada hace sentido.

El libro Al Qaeda: La verdadera historia del Islamismo radical de Jason Burke nos enseña que Al Qaeda se refiere a un esquema, fórmula y base, nos orienta a comprender que el problema no es Al Qaeda per se- un referente acuñado por el FBI después de los hechos del 11 de Septiembre- sino los verdaderos motivos que movilizan a miles de personas a adherirse al Islamismo Radical. Entre ellos la pobreza, la desigualdad de derechos, la desigualdad de oportunidades, los asesinatos, las operaciones militares y de inteligencia gubernamental y la religión que como otras, es manipulada por quienes tienen más poder. Ideologías que dan cobijo a quienes lo han perdido todo y quieren vengarse, su venganza traería paz a seres queridos en el otro mundo y mientras tanto el que tenemos, y me refiero al planeta por completo, se destruye.

La propagación de la violencia es viral y hoy no es una amenaza, es una realidad. La historia de la humanidad está basada en guerras y conquistas pero ¿no se supone que debemos mejorar? Siria, Gaza, Irak, Afganistán, una vasta región geográfica que lo que más transmite es violencia, producto de una guerra acérrima de poder e intereses económicos que vivimos en el mundo entero. Mientras lo que estamos más lejos lo vemos en televisión y luego cambiamos de canal porque no queremos ver esas imágenes mientras estamos cenando, quienes están allí no tienen a dónde ir. Recogen sus pertenencias y se desplazan largas distancias en una odisea por sobrevivir. Los campos de refugiados ya no dan abasto, no hay suficiente voluntad para ayudar pacíficamente a tanta gente porque hasta los medios de ayuda se ven entrampados en la guerra de poder. En una fotografía tomada en la ciudad de Homs – ex bastión de los rebeldes en Siria- aparece una marea de personas a quien las fuerzas del estado les han permitido abandonar la ciudad cuando los rebeldes se rindieron. En ella aparecen mujeres, hombres, niños y niñas, todos golpeados por el peso de la guerra, en el fondo aparecen los restos de concreto de lo que antes pudieron ser los edificios que contenían sus hogares, seguramente también han perdido seres queridos en la guerra civil, ¿qué más pueden perder?

Mi conclusión cuando terminé el libro de Jason Burke, hace muchos años, es que el dolor trae más dolor de la misma manera que la injusticia trae más injusticia. Es una realidad para la que no existen fórmulas mágicas que lo solucionen. Lo único que tenemos es nuestra capacidad de rechazar esta espiral destructiva y crear un espacio donde la paz sea el común denominador.

La esperanza, y esto puede sonar cliché, está en los más jóvenes y en los niños, pero ¿qué podemos esperar de todas estas personas que se forman en un contexto de guerra y destrucción? Quien manipula satanizará por todos los medios posibles a su enemigo y encontrará justificaciones para seguir destruyendo. Sólo almas muy puras buscarán sembrar tolerancia y perdón si no los han conocido antes. El miedo a perder aquello que se atesora, por mucho o poco que parezca ante ojos de los demás, hace que las personas acepten u obedezcan imposiciones antes inimaginables.

Estados Unidos ha declarado estar en guerra con el Estado Islámico, en Siria todavía hay conflicto producto de una guerra civil sangrienta, los Kurdos de la región buscan su espacio, Israel y Palestina se bombardean cada vez y cuando, en Afganistán todavía hay tropas estadounidenses al igual que en Irak, por último, Ucrania no logra plantar a los rusos que son una mega figura tanto en Europa como en Asia. Y esto sólo nombrando los titulares más recurrentes en los medios de información, desde muy lejos y con mucho desconocimiento, reconozco que no logro entender lúcidamente quien es quien y para qué pelean pues en el conflicto aún cuando EEUU no es amigo de Hamás, en el conflicto con el Estado Islámico comparten intereses. Los hechos se vuelven una encrucijada donde quienes más pagan son esas personas que nacieron allí.

Cada país vive su realidad, sus costumbres, su ideología, entre otros muchos factores y dentro de esto siempre encontraremos lo bueno y lo malo pero es responsabilidad de sus habitantes sembrar la semilla que les gusta para luego cosechar el grano esperado. La educación siempre será una herramienta de mejoramiento para el ser humano, aprender y al mismo tiempo, enseñar a pensar con tolerancia son una manera de alejarnos de la destrucción, por ahora eso y la buena fé quizás sean los mejores recursos para no repetir los errores pasados.

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