Son los profesores

Gonzalo Orellana
Londres, Reino Unido

Hace poco me encontré un documento francamente interesante, una investigación sobre la calidad de los profesores en Latinoamérica. El documento “Better Teachers for Latinamerica and the Caribbean” de Barbara Bruns y Javier Luque hace un análisis profundo y detallado sobre los problemas de la educación en la región y al mismo tiempo identifica mejores prácticas.

Lo primero que menciona el documento es lo mala que resulta la educación de la región cuando se compara con otras naciones, no solo países desarrollados, sino también con algunos en vías de desarrollo como los asiáticos. En el último reporte de las pruebas PISA de 2012 que se tomaron en cerca de 60 países, los latinoamericanos se concentran al fondo de la tabla.

Aunque no todas son malas noticias, la inversión en educación como porcentaje del PIB ha crecido en casi toda Latinoamérica y la escolarización ha subido notablemente tanto en primaria como en secundaria. Dicho de otra forma, invertimos más y hemos conseguido que la mayoría de niños y jóvenes vayan a clases, pero tenemos serias deficiencias en la calidad de la educación que reciben. Para resolverlo, el documento se enfoca en aspectos para mejorar el fundamental trabajo de los profesores.

Según el documento, lo primero es mejorar el proceso de reclutamiento de profesores; en toda la región, y Ecuador es un buen ejemplo, tradicionalmente se convierten en profesores quienes no tienen otras opciones laborales. Los países desarrollados por el contrario tienen políticas activas para atraer a los mejores estudiantes y profesionales hacia la carrera docente; y aunque estas iniciativas han mostrado ser positivas, pocos en Latinoamérica las aplican. En el caso ecuatoriano el gobierno ha implantado un programa con el objetivo de incentivar a quienes obtienen buenos puntajes en el examen de ingreso a las universidades que opten por esta carrera; pese a lo reciente del programa el documento lo resalta como un caso interesante, junto con programas en países como Chile y México.

El segundo aspecto es que, además de atraer a mejores estudiantes hacia la docencia, hay que formarlos mejor. Históricamente los profesores de la región han demostrado serias falencias tanto de contenido como de habilidades para enseñar, producto de las deficiencias de las facultades que los formaron. El documento menciona alternativas para mejorar el perfil de los profesores: maestrías o cursos de formación adicionales, contratar profesionales que vengan de carreras distintas a Educación o Filosofía o la creación de entidades especificas para la formación de profesores: aquí el documento menciona la iniciativa del Ecuador de crear la Universidad Nacional de Educación. La UNAE, resalta el documento, se convertirá en el eje central del programa de formación de docentes y permitirá al Ministerio de Educación mejorar el nivel académico de los profesores.

Uno de los aspectos más relevantes es la evaluación de los profesores, que históricamente se han mostrado renuentes, sobre todo en países donde los sindicatos de maestros son muy fuertes, como era el caso de Ecuador, México o Perú. La evaluación no solo permite conocer las carencias y limitaciones de los profesores, identificando áreas de mejora, también autoriza a los gobiernos a deshacerse de malos profesionales que de otra manera permanecerían en sus cargos. El otro gran beneficio de la evaluación es la motivación a los buenos profesores, convirtiéndose en el eje fundamental sobre el que se deciden las promociones y ascensos. Esta es una de las áreas donde la región muestra más avances, habiéndose implantado evaluaciones en Ecuador, Chile, Colombia, Brasil, entre otros.

Uno de los grandes logros del Ecuador, y así lo resalta el documento que nos pone como ejemplo exitoso, es haber terminado con el poder que tenía la Unión Nacional de Educadores. Para muestra de lo pernicioso del sindicato, el documento menciona hechos como que: entre 1998 y 2007 hubo 68 huelgas de profesores, según un estudio del Banco Mundial en 2004 un 62% de los profesores permanecía en el trabajo menos de lo que estipulaba su contrato y en un día normal el absentismo de los maestros era del 14%. Estas cifras nos muestran como el poder del sindicato cobijaba a malos elementos que incumplían con su responsabilidad, convirtiendo a la UNE en uno de los principales culpables de los problemas educativos que arrastra nuestro país.

El gobierno actual ha dado pasos en la dirección correcta en lo referente a reclutamiento, formación, evaluación y motivación de los profesores. Si juzgamos por el incremento de la demanda para asistir a la escuela pública parecería que el camino emprendido está empezando a dar resultados: en el último ciclo costa el número de estudiantes del sector público subió un 13% y un 8% en el ciclo Sierra. Sin embargo, solo sabremos si estas acciones son correctas cuando nuestros jóvenes participen en el próximo examen PISA en 2015, pues solo la competencia te permite ver el verdadero nivel.

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