El ciberterrorismo es una actividad en continuo crecimiento, según expertos

Baden (Austria), 23 oct (EFE).- El ciberterrorismo es una actividad «en continuo crecimiento», lo que la convierte en una amenaza constante contra la que de momento no se dispone de los suficientes recursos, según se indicó hoy en la sesión de clausura de la X Conferencia Internacional sobre Ciberterrorismo.

Los expertos reunidos en este foro, que se ha celebrado en la localidad austríaca de Baden (este), incidieron en la necesidad de que las sociedades, los gobiernos y los organismos de seguridad activen nuevos y más eficaces mecanismos para afrontar la amenaza ciberterrorista, que suele concluir en una acción de tipo terrorista convencional, cuya pista de lanzamiento es la propia red.

«No se dispone de suficiente información ni se cuenta con la suficiente preparación para luchar contra el ciberterrorismo, que constituye una amenaza para todos nosotros, principalmente porque es una actividad en continuo crecimiento», manifestó el politólogo italiano Niccoló Locatelli.

El ciberterrorismo se basa en un principio de actuación muy simple: aprovecharse de que hoy día casi todo el mundo se conecta a internet y concibe la red como una prolongación de su vida social y laboral, en particular aquellas capas de la sociedad (por lo general los más jóvenes) más permeables a las nuevas tecnologías, la conocida como «gadget people».

Esta «gadget people» o «generación clip», como la definió el periodista ruso Vladimir Taller, percibe la información generada en internet como algo natural, tanto que muchas veces no se da cuenta del efecto negativo -casi «radiactivo», afirmó- que puede tener si está descontrolada o desvirtuada.

En ese ámbito es donde se mueve libremente el ciberterrorismo, tanto en lo concerniente a la difusión de simple propaganda, como en lo que se refiere a la comunicación o transmisión de elementos más concretos, como puede ser un manual para la elaboración de explosivos o un chat que más que para el intercambio de ideas funcione como una especie de escuela virtual de adoctrinamiento.

En este sentido, el finlandés Jarkko Jokinen, asesor en materia antiterrorista de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), abogó por la promoción de una actuación «amplia» en materia de ciberseguridad.

A partir del hecho cierto de que los terroristas (que en la fase que se podría denominar «digital» pueden calificarse de «ciberterroristas») recurren a la red para una gran variedad de asuntos, que van desde difusión de propaganda para la captación y adiestramiento de adeptos hasta la financiación de sus actividades, es necesario actuar de una manera global para cegar esos canales.

El ciberterrorista parte del supuesto de que el acceso a internet es fácil, el flujo de información en la red está poco regulado (apenas existen mecanismos de control) y, por consiguiente, sabe que potencialmente cuenta con una gran audiencia en todo el mundo, con la que se puede comunicar de manera virtual desde el anonimato.

Incluso los ciberterroristas llegan más lejos y se aprovechan de las redes sociales más convencionales y más ampliamente utilizadas, como Facebook, para difundir -casi sin restricción alguna- sus mensajes, a sabiendas de que encontrarán un receptor seguro en aquellos que los quieran seguir, afirmó Jokkinen.

El experto de la OSCE planteó la actual situación en Siria como un ejemplo muy claro de cómo se puede combinar simultáneamente la actividad armada convencional (los ataques del grupo yihadista Estado Islámico contra todos sus enemigos) con una «constante, agresiva y penetrante campaña de propaganda» mediática.

Jokkinen llamó la atención sobre el hecho de que en 1998 menos de la mitad de las 30 organizaciones consideradas terroristas por el Departamento de Estado estadounidense disponían de un soporte de propaganda en la red; hoy día lo tienen todas ellas, incluso las más pequeñas.

No se requiere de un gran esfuerzo para montar dicho sistema de propaganda, señaló el experto de la OSCE; basta con contar con los servicios de alguien con buenos conocimientos de informática que materialice una sucesión de ideas y mensajes, para que el sistema esté listo.

Por ello, subrayó, «es prioritario que las agencias nacionales de seguridad investiguen el ciberdelito y es fundamental que compartan esa información entre ellas, debido a que el ciberdelito, como la misma internet, es por naturaleza transnacional».

De este modo, incidieron los expertos, es menester reforzar conceptos como el de la ciberseguridad, que, sin menoscabo de la libertad de expresión e información inherentes a cualquier sociedad democrática, conduzca a una situación de «ciberpaz», entendida como un escenario contrario al de «ciberguerra». EFE

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