Preocupación y enfado entre los neoyorquinos por la llegada del ébola

EFE/Justin Lane

Nueva York, 24 oct (EFE).- La confirmación del primer caso de ébola en Nueva York ha generado una importante preocupación en la Gran Manzana, donde los ciudadanos se debatían hoy entre el miedo al virus y el enfado al saberse que el médico infectado hizo vida normal tras regresar de África.

«Creo que no deberían haberle dejado venir en un principio. Si hay una cuarentena de 21 días deberían mantenerles allí y luego dejarles ir», explicaba a Efe Jeanette Curet, una paciente que visitó hoy el hospital Bellevue, el centro en el que permanece ingresado Craig Spencer, la primera víctima diagnosticada en Nueva York.

Para Marlene Aguilar, una mujer hispana que trabaja en la zona, también resulta un error permitir que gente que ha estado en los países africanos más afectados por la enfermedad viaje a Estados Unidos con normalidad.

«Yo no sé por qué tienen que venir. Estas personas deberían de poner un stop, que no viajen porque vienen a contagiar a las demás personas», dijo en declaraciones a Efe.

Ese sentimiento coincide con el enfado expresado a través de las redes sociales por un buen número de neoyorquinos, que cuestionan sobre todo que el médico infectado tomase el transporte público y visitase, entre otros lugares, un restaurante y una popular bolera antes de empezar a sentirse mal.

Algunos especialistas también han criticado que no haya más atención prevista para el personal sanitario que regresa a Estados Unidos tras tratar a enfermos de ébola en África, caso de Spencer.

El director de ética del centro médico Langone de la Universidad de Nueva York, Art Caplan, aseguró hoy al diario local Daily News que las autoridades deberían ofrecer alojamientos especiales en casos como ese, al menos para tranquilizar a la población.

Al igual que el Daily News, el otro gran tabloide neoyorquino, el New York Post, dedicó hoy su portada a la enfermedad con una imagen de dos agentes con mascarillas protectoras y un gráfico «EbolaHere!».

Mientras, expertos y autoridades han insistido hoy en que los riesgos de que la enfermedad se expanda en la ciudad son mínimos.

«Es una enfermedad que asusta, no hay duda, pero las probabilidades de que alguien al alzar contraiga el ébola de este doctor son más que remotas», dijo Irwin Redlener, director del Centro Nacional de Prevención de Desastres de la Universidad de Columbia.

En declaraciones a los periodistas a la puerta del hospital Bellevue, Redlener defendió que los neoyorquinos no tienen por qué dejar de hacer vida normal y advirtió de que es necesario que personas como Spencer sigan viajando a África para luchar contra la enfermedad.

«No resolveremos el ébola en Estados Unidos sin resolver el ébola en África Occidental», subrayó.

En paralelo, las autoridades locales y estatales han puesto en marcha un importante dispositivo de comunicación para tratar de dar confianza al público.

En las menos de 24 horas transcurridas desde que se confirmó el primer caso, el alcalde Bill de Blasio ha ofrecido dos conferencias de prensa para dejar claro que no hay motivos para la alarma.

Muchos ciudadanos, sin embargo, no ocultaban hoy su miedo al ser preguntados por la enfermedad en las inmediaciones del hospital Bellevue, que amaneció rodeado por equipos de televisión.

«Tengo temor porque yo trabajo por esta área. Incluso el día miércoles yo tuve una cita aquí en el hospital», explicó a Efe Aguilar, que confió en no tener que regresar al centro médico en los próximos días.

«Espero que no suceda nada, porque sí, da bastante temor. Dicen que no tenemos de qué preocuparnos pero uno se preocupa», insistió.

Marta Banegas, una madre ecuatoriana que acompañaba a su hija a una consulta, reconocía que en su casa hay «un poco de miedo» y aseguraba que prevé «empezar a tomar precauciones» contra la enfermedad.

Otros, mientras tanto, mostraban mucha más confianza en la gestión del virus, caso de Epifanio Carmona, un neoyorquino de origen puertorriqueño.

«Yo no tengo miedo ni preocupación, porque tienen el equipo más bueno que tienen aquí en los Estados Unidos en el Bellevue», explicó a Efe.

«Yo vivo en el vecindario, pero no tengo preocupación porque ellos saben más o menos qué tienen que hacer y cómo tratar con ese ébola», señaló. EFE

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