La incertidumbre rodea a Aristide en Haití

En esta imagen de archivo del 9 de mayo de 2013, el ex presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide posa para una foto en su casa de Puerto Príncipe, en Haití. (AP Foto/Dieu Nalio Chery,Archivo)

PUERTO PRÍNCIPE, Haití (AP) — El ex presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide volvió a casa del exilio en 2011 ante una jovial bienvenida, pero últimamente parece más bien un prisionero.

La policía lleva varias semanas posicionada ante los muros de cemento del complejo residencial, montando guardia y esperando órdenes de poner en práctica una orden de arresto que emitió un juez dentro de una investigación sobre corrupción, tráfico de drogas y lavado de dinero y que se remonta a más de una década. La orden se emitió después de que el ex presidente no compareciera a una audiencia a puerta cerrada para reunir pruebas el pasado agosto.

Ante los rumores de arresto inminente, los partidarios del líder, elegido en dos ocasiones y derrocado otras tantas, han acudido al complejo y se reúnen en una bulliciosa calle cerca del centro de Puerto Príncipe. Hace unas pocas semanas chocaron con la policía, lanzando piedras e incendiando barricadas. La asistencia varía, y aunque en ocasiones son apenas un puñado, siempre hay alguien en el lugar en una tensa vigilia.

«El presidente Aristide nos ama a nosotros, el pueblo haitiano, así que debemos protegerle de los que quieren perseguirle», afirmó Juste Wuilson Jean, uno de los hombres que estaban ante el edificio la semana pasada.

Las autoridades dicen que el pulso podría terminar pronto. El magistrado instructor, Lamarre Belizaire, convocó hace poco al jefe de policía a la corte para que explicara por qué no se había cumplido su orden, más de dos meses después de su emisión. El portavoz de la policía Frantz Lerebours dijo que los comandantes esperaban simplemente al mejor momento para actuar.

Si Aristide es llevado al tribunal, Belizaire puede retirar los cargos, permitirle que salga bajo promesa de futuras comparecencias mientras avanzan las investigaciones, o enviarle a prisión.

«Normalmente en Haití, si el juez cree que hay motivos para continuar con el caso, el acusado se queda en la cárcel, habitualmente durante meses, a veces años, sin juicio», explicó el abogado Brian Concannon, director y fundador del Instituto para la Justicia y la Democracia en Haití. Eso podría provocar disturbios en un país que disfruta de una relativa tranquilidad tras años de inestabilidad.

Aunque lleva una década lejos del poder, Aristide sigue siendo una figura polémica en Haití. Muchos le ven con afecto como al campeón de los pobres que lideró la oposición al dictador Jean-Claude Duvalier, mientras que algunos miembros de la élite haitiana le detestan. Aristide se convirtió en 1990 en el primer presidente elegido de forma democrática en Haití y fue derrocado en el año siguiente, para luego volver al poder con el respaldo de Washington. Volvió a ser derrocado en su segunda legislatura en 2004 durante una rebelión violenta, entre acusaciones de que había permitido la corrupción y orquestado ataques contra rivales.

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