París explora la intensa relación de Octavio Paz con Francia y las artes

Escritor mexicano Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura. Foto de Archivo, La República.

París, 5 nov (EFE).- París comenzó hoy a explorar la poesía de Octavio Paz, su intensa relación con Francia y su visión del amor, la amistad y las artes plásticas en el marco de un homenaje organizado por diversas instituciones de Francia, México y España, que debutó en la Biblioteca Nacional de Francia (BnF).

Este primer acto, amenizado con lecturas y proyecciones audiovisuales, fue introducido por el presidente de la BnF, Bruno Racine, y contó con la participación de amigos y especialistas en la obra de Paz, franceses y mexicanos, como Xavier d’Arthuys, Jacques Munier, Alberto Ruy-Sánchez, Philippe Ollé-Laprune y Pierre Nora.

Se esperaba hoy la presencia de la viuda de poeta, la pintora francesa Marie-José Tramini, quien según comentaron a Efe los organizadores participó con entrega y complicidad en la elaboración de este vasto programa, que hasta el 12 de noviembre celebrará en París el centenario del nacimiento del escritor y diplomático.

Finalmente, el editor Antoine Gallimard, tampoco pudo asistir a esta concurrida primera jornada de estudio, que fue «estupenda y de gran calidad», según la asistencia, y que se centró en la relación con Francia del autor de «El laberinto de la soledad» (1950).

El Instituto Cervantes proseguirá mañana el homenaje con un acto dedicado a las artes plásticas, en el que intervendrán otros grandes especialistas y amigos de Paz como Jean Clair, Serge Faucherau, Alberto Ruy-Sánchez y Juan Manuel Bonet.

El acto pondrá de manifiesto que Francia fue la «tierra de elección mental» de Paz, una de las figuras del mundo de las letras y la cultura latinoamericana más específicamente vinculadas con París, resaltó Bonet a Efe al margen del encuentro.

Además de haber vivido intermitentemente en París y de haberse casado en segundas nupcias con una artista francesa, para Paz era muy importante la tradición francesa, encabezada en por Baudelaire, Apollinaire y Breton, resaltó.

Las conmemoraciones seguirán el viernes en el Instituto de México, con la presentación de la biografía de Octavio Paz de Christopher Domínguez Michael, y el domingo con una visita guiada de la Ruta Cervantes dedicada al prolífico escritor, que tomará como punto de partida la Biblioteca Octavio Paz del Instituto Cervantes.

El homenaje terminará en la Maison de l’Amerique Latine, lugar clave para Paz, según comentó en una entrevista previa Ruy-Sánchez, escritor y gran amigo de Paz y de su familia, autor de «Una introducción a Octavio Paz», que viajó a París especialmente para la ocasión.

El también editor mexicano subrayó cómo su amigo, ante cualquier situación, no solamente averiguaba lo ocurrido y tenía una opinión, sino que daba «tres pasos atrás» para tomar una perspectiva, y desde ahí tomar una posición y ver «lo que podría haber sucedido», algo que implicaba tomar una posición en el sentido moral, una ética.

Paz veía así la historia como arte, como poeta, y «cuando platicabas con él -destacó Ruy-Sánchez- todo el tiempo hacía este ejercicio» de considerar la relatividad de los puntos de vista.

Lo que el llamaba utilizando una frase del pintor francés Marcel Duchamp «transformar una mirada en una visión», pues al crear un espacio y tomar posición, «el resultado se vuelve visionario». De ahí, recalcó, que sus ideas hoy «nos parezcan visionarias».

Entre otros múltiples recuerdos, Ruy-Sánchez, compartió el de haber conocido a Paz gracias a un intelectual griego que fue su mejor amigo, Kostas Papaioannou, escritor, politólogo e historiador del arte, que había vivido en la URSS y que era algo más joven que el poeta, a quien descubrió la existencia del gulag.

Por eso desde los años cincuenta, Paz fue el primer latinoamericano en levantarse contra la utopía socialista, tema sobre el que escribió un primer artículo en 1951, mientras que el libro «Archipiélago gulag» del escritor ruso Aleksandr Solzhenitsyn, data de 1974.

De ahí, igualmente, que la mayoría de los escritores latinos quisieron seguir pensando que a través de la revolución cubana la revolución socialista llevaba algo que no fuera una dictadura, algo que, comentó, «marcó a Octavio Paz para siempre». EFE

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