Kiev, 13 nov (EFE).- Los separatistas prorrusos pidieron hoy una urgente reanudación de las negociaciones con Ucrania en medio de la escalada del conflicto y el riesgo de una guerra a gran escala en el este del país, según advirtió el propio Consejo de Seguridad de la ONU.
«Insistimos en que el Grupo de Minsk debe reunirse de inmediato con la participación de representantes de la OSCE, Ucrania y Rusia«, afirmó Denís Pushilin, negociador jefe de la autoproclamada república popular de Donetsk.
En un comunicado divulgado por las agencias rusas, Pushilin aseguró que los representantes separatistas están dispuestos a «viajar a Minsk en los próximos días y ponerse a trabajar».
«Cualquier intento de arreglar el conflicto sin la participación de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk será inútil y llevará inexorablemente el proceso negociador a un callejón sin salida», advirtió.
Además, confirmó que los rebeldes se mantienen fieles «al formato de Minsk -donde se declaró un alto el fuego el 5 de septiembre y se firmó un Memorándum de paz dos semanas después- con participación de Rusia, la OSCE, las repúblicas de Donetsk y Lugansk, y también Ucrania».
Desde las elecciones separatistas del 2 de noviembre, que fueron condenadas por Kiev y Occidente, los separatistas no se dieron prisa en negociar con el Gobierno central, al que acusan de violar repetidamente el alto el fuego declarado el 5 de septiembre al bombardear sus plazas fuertes con armamento pesado.
Los rebeldes incluso pidieron una revisión del mecanismo de control de los acuerdos de paz de Minsk con el argumento de que la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) no puede garantizar ni el alto el fuego ni el trazado ni de una línea de separación entre ambos bandos.
«Necesitamos una fuerza que pueda garantizar el cumplimiento de los acuerdos de paz alcanzados durante las reuniones del Grupo de Contacto en Minsk», dijo Andréi Purguín, viceprimer ministro de la república popular de Donetsk.
El dirigente separatista aludió indirectamente a las fuerzas de pacificación rusas, que realizan labores de intermediación desde hace 20 años entre Moldavia y su república separatista de Transnistria.
No obstante, las cosas han cambiado en los últimos días con las continuas alusiones occidentales al avistamiento de convoyes militares con armamento pesado llegando a las zonas rebeldes desde la vecina Rusia.
Incluso el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, abordó la urgente necesidad de entablar un diálogo directo entre las autoridades ucranianas y los nuevos interlocutores separatistas surgidos tras las elecciones, durante una conversación telefónica con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry.
Además, este anuncio se produce al día siguiente de que Ucrania anunciara que se prepara para una guerra con los rebeldes durante el crudo invierno: reagrupa sus fuerzas, moviliza a sus reservistas y refuerza sus líneas de defensa en previsión de una posible ofensiva separatista.
El ministro de Defensa, Stepán Poltorak, aseguró que el Ejercito está dispuesto a reaccionar tras el «incremento de las fuerzas» rebeldes y de la Federación Rusa en la zona del conflicto.
Los separatistas, a su vez, insisten en que respetan los acuerdos de Minsk, en particular la tregua, y niegan que barajen una ofensiva contra las posiciones de las fuerzas gubernamentales, aunque se reservan el derecho a una «defensa a gran escala».
El gradual recrudecimiento de los combates desde las elecciones separatistas se ha cobrado la vida de numerosos soldados y milicianos, lo que precipitó una reunión anoche del Consejo de Seguridad de la ONU dedicada a Ucrania.
«Estamos seriamente preocupados por la posibilidad del regreso de combates a gran escala», dijo el secretario general adjunto interino de la ONU para Asuntos Políticos, Jens Anders Toyberg-Frandzen.
A lo que el embajador ucraniano, Yuri Serguéyev, respondió: «La única razón por la que aún no ha estallado una guerra abierta en el este de Ucrania es la contención que ha mostrado Ucrania».
Mientras, en un intento de que la OSCE pueda supervisar el alto el fuego y alertar sobre la entrada de nuevos convoyes militares desde Rusia, el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, entregó hoy a su misión diez automóviles blindados.
La organización encargada de salvaguardar el cumplimiento de los acuerdos de paz de Minsk reconoció esta semana que tenía grandes dificultades para cumplir sus funciones por motivos de seguridad, debido a las renovados combates.
Mientras, el presidente de la Duma o Cámara de diputados de Rusia, Serguéi Narishkin, tachó hoy de «mentira» las informaciones sobre la presencia de tropas rusas en el país vecino y acusó a muchos Estados europeos de «taparse los ojos» ante la catástrofe humanitaria en Ucrania.EFE