El 1 de enero pasado, el instrumento atmosférico Imaging Assembly (AIA) del Observatorio de Dinámica Solar (SDO) de la NASA, capturó la imagen de un agujero en la corona del sol, cerca de su polo sur.
La superficie de este hueco, que se observa como una zona oscura, tiene una superficie que superaría 410 veces el área de la Tierra. Diario El Comercio ha informado que los agujeros coronales, que es como se denomina a este fenómeno, muestran regiones donde el campo magnético se expulsa directamente al espacio en lugar de regresar a la superficie en un bucle. Son partículas que pueden salir del Sol y calentarse.
Este fenomeno también se caracteriza porque permanece visible por más de cinco días. Su forma se modifica permanentemente.
La primera vez que se identificó agujeros coronales fue en 1973 y 1974, por los astronautas de la estación espacial Skylab.