El Pentágono pide más fondos por conflictos que pueden alargarse

Elementos de la Naval estadounidense preparan un avión que se usará en misiones contra el grupo Estado Islámico en Irak, desde el portaaviones USS George H.W. Bush en el Golfo Pérsico, el 10 de agosto de 2014. (Foto AP/Hasan Jamali)

Washington, 2 feb (EFE).- El Departamento de Defensa de EE.UU. solicitó hoy un presupuesto para 2016 al nivel más alto en cuatro años, en el que destaca un gasto de 51.000 millones de dólares para la aún no totalmente finalizada misión de Afganistán y la crisis en Irak y Siria, que amenaza con alargarse.

El gasto general se eleva a los 534.300 millones de dólares, un nivel récord, a lo que se sumaría aún un apartado para contingencias (nacido con la guerra de Afganistán hace más de una década) de 50.900 millones de dólares.

En el actual año fiscal, los fondos asignados al Pentágono, la agencia federal que más fondos recibe del presupuesto general, se dividen en 496.000 millones de dólares y 64.000 millones para operaciones de contingencia.

«La (nueva) estrategia (presupuestaria) está diseñada para mantener nuestro liderazgo y la capacidad de actuar ante desafíos globales, porque somos los primeros en responder a emergencias», explicó desde el Pentágono el subsecretario de Defensa, Bob Work, quien se refirió a crisis como la de Ucrania, Siria e Irak y la respuesta a la epidemia de ébola en África occidental.

Según Work, este nivel de gasto se presenta en un «ambiente de seguridad muy volátil» y por la necesidad de seguir «recalibrando» la presencia en Asia-Pacífico, mantener misiones en Oriente Medio y las campañas antiterroristas, y continuar fortaleciendo alianzas y modernizando la Fuerzas Armadas.

El Pentágono y la Casa Blanca no quieren bajar el nivel de gasto en defensa y la propuesta está 38.000 millones de dólares por encima de los límites fijados en el Congreso, que desde 2013 impuso recortes automáticos al presupuesto por la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos.

Los 585.200 millones de dólares de los que el Pentágono quiere disponer para el año fiscal que comienza en octubre están un 4 % por encima de la dotación del año actual y son el nivel de gasto más alto desde el ejercicio de 2012.

El Pentágono quiere mantener un nivel de gasto base en crecimiento hasta 2020, con la intención de seguir modernizando las Fuerzas Armadas frente a potencias emergentes como China y reforzando la ciberdefensa, que en 2016 espera contar con 5.500 millones de dólares en inversiones.

Para este año, los bombardeos y operaciones en Irak y Siria contra el Estado Islámico y la presencia en Afganistán (donde se puso fin oficial a la guerra a finales de 2014) siguen justificando una partida adicional al presupuesto militar.

Pese a que durante 2016 el nivel de tropas estadounidense en Afganistán debería pasar de unas 5.000 este año a cero debido al fin de la guerra en ese país, el Pentágono solicita 43.000 millones de dólares para esa zona de operaciones.

Varias partidas del presupuesto de Defensa son altamente secretas, como en el caso de inversiones en tecnología espacial o el destino de 8.000 millones de dólares dentro de la mencionada partida para contingencias en el extranjero.

Además, la Fuerza Aérea quiere 10.600 millones de dólares para adquirir 57 cazas F-35, el proyecto aeronáutico militar más caro de la historia estadounidense.

La Armada quiere igualmente adquirir nuevos navíos de guerra, más submarinos y sostener el mantenimiento de sus 11 portaaviones, que extienden la impronta militar estadounidense por todo el mundo y están en riesgo de verse reducidos si no acaban los recortes presupuestarios.

El Pentágono alertó de que si el Congreso (controlado por la oposición republicana, favorable al aumento del gasto en Defensa) y la Casa Blanca no eliminan los límites presupuestarios, Estados Unidos deberá rebajar su presencia en el mundo y no podrá mantener su nivel de respuesta.

Work aseguró que la protección del territorio estadounidense, primera prioridad de Defensa, no se verá afectada, pero sí se verán mermadas campañas antiterroristas y la posibilidad de responder a dos crisis simultáneas en dos regiones del mundo diferentes. EFE

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