Presidente de Irán promete cumplir compromisos nucleares

Hasan Rouhani, presidente de Irán.

TEHERÁN, Irán — El presidente iraní Hassan Rouhani prometió el viernes que Irán cumplirá con los compromisos pactados en el acuerdo nuclear alcanzado el día anterior en Suiza.

Rouhani declaró que los iraníes «permanecerán fieles y apegados a las promesas» que hicieron. Agregó que los iraníes «no buscan engañar» a la comunidad internacional.

El presidente se dirigió a la nación el viernes, un día después de que Teherán y seis potencias mundiales anunciaran una serie de acuerdos preliminares para acotar el programa nuclear iraní. Ahora enfrentan como fecha límite el 30 de junio para alcanzar un acuerdo final.

Rouhani también pidió a las potencias mundiales cumplir con su parte del trato, en referencia a un importante alivio a las sanciones económicas impuestas a Teherán por su programa nuclear.

El líder supremo del país, Alí Jameneí, que todavía no se pronunció.

El silencio de la máxima figura política y religiosa iraní, juez y parte de toda decisión ejecutiva, es un hecho de difícil, por no decir de imposible interpretación, y ha sido la única salvedad en lo tocante a un anuncio que puede marcar el futuro a corto y medio plazo de la República Islámica y que en términos generales dejó satisfechos e incluso ilusionados a sus habitantes.

Aún así, hasta que se conozca la opinión del líder supremo no se podrá saber realmente qué calado tendrá el acuerdo y si supondrá realmente un cambio en las políticas iraníes.

En tanto, conservadores iraníes criticaron el acuerdo nuclear, diciendo que es un buen trato para Occidente y un desastre para Irán.

Hossein Shariatmadari, asesor del líder supremo del país, el ayatolá Ali Jamenei, y editor del diario conservador Kayhan, dijo a la agencia de noticias semioficial Farsi el viernes que Irán intercambió su «caballo de carreras por uno con una brida rota».

Otro analista de línea dura, Mahdi Mohammad, se refirió a la instalación subterránea de enriquecimiento de uranio Fordo y dijo a una cadena de noticias que con el acuerdo «ocurrió un desastre en Fordo».

Irán acordó frenar el enriquecimiento de uranio en Fordo, cambiando el propósito de la instalación a un centro de investigación nuclear.

El pacto si recibió el visto bueno del influyente clero chií en la forma del sermón principal del viernes en Teherán, cuyo responsable, el ayatolá Mohamad Emami-Kashani, alabó al «modesto y sagaz» equipo negociador por mantener «la estrategia del líder» hasta llegar al resultado anunciado.

Por debajo de estas altas filas políticas, la conformidad y a satisfacción fueron también evidentes.

«Irán logró llegar al acuerdo que se merecía con el consentimiento de las 6 mayores potencias del mundo. Esto es un gran logro para Irán, que pudo llegar a sus derechos por el medio de negociaciones, en las mayores de este tipo hechas desde el fin de la guerra fría», indicó a Efe el analista político reformista Hosein Kananí Moqadam.

Otro analista, en este caso el ex director de la agencia oficial de prensa iraní IRNA en tiempos del presidente Mahmud Ahmadineyad, de tendencia conservadora y adversario de Rouhaní, señaló a Efe que con esta iniciativa «Irán le demuestra al mundo que su ciencia nuclear solo busca objetivos pacíficos».

Ambos insistieron así en la tesis defendida entre otros por el equipo negociador iraní en pleno, encabezado por el ministro de Relaciones Exteriores Mohamad Yavad Zarif, de que el mayor éxito para Teherán es haber obtenido el reconocimiento internacional a desarrollar un programa nuclear pacífico.

Una de los principios básicos de la negociación iraní era que ellos discutían con los países del Grupo 5+1 para defender sus derechos nucleares, mientras que el levantamiento de las trabas económicas iba en un segundo plano.

Las enormes perspectivas de mejora económica levantadas por el anuncio sí tuvieron sin embargo mucha importancia para los ciudadanos a la hora de valorar el pacto.

Así, Navid Rezaí, un joven de 27 años, indicó que lo importante para saber si el anuncio es «una buena noticia» será si mejora la vida de los iraníes.

«Yo creo que es favorable al cien por cien, pero lo que hay que ver son sus consecuencias», dijo.

Mehdí Ajgarí, un hombre de 54 años, también se mostró optimista con el anuncio, aunque con la salvedad de que hay «que esperar y ver».

«Para Irán, y también para los EEUU este acuerdo es muy bueno, es una medida que le conviene a todos, al pueblo. Con esto Irán entró de nuevo en la sociedad internacional. (…). Es tan importante e interesante que creo que hay un 95 % de posibilidades de que tanto Irán como los EEUU mantengan su palabra», explicó a Efe.

Entre los críticos, pocos, destacaban los que apuntaban que un acuerdo no se mantendría «por la desconfianza internacional que hay sobre Irán, generada por sus Gobiernos» o los que consideraban que la República Islámica había otorgado «más de lo que iba a recibir» en el acuerdo.

(AP) EFE

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