Un negociador de las FARC entre los guerrilleros muertos en bombardeo militar

Jairo Martínez en La Habana.

«Jairo Martínez», uno de los jefes de las FARC que formó parte de su delegación en los diálogos de La Habana, murió en el bombardeo militar del pasado 21 de mayo en la región colombiana del Cauca, según denunció hoy la guerrilla, que abogó por «restablecer la confianza» en el proceso de paz.

Martínez, un dirigente del bloque sur de las FARC, viajó a Cuba en febrero de 2014 para incorporarse a su equipo negociador junto a los también guerrilleros «Fabián Ramírez» y «Fidel Rondón», pero había regresado a Colombia «en misión de pedagogía de paz».

«En medio del luto que nos embarga, informamos al país y al mundo que el compañero Jairo Martínez, integrante de la Delegación de Paz de las FARC en La Habana (…) se encuentra entre los guerrilleros asesinados» en el bombardeo del jueves 21 de mayo en una zona rural de Guapi, en el suroeste de Colombia, desvelaron hoy los negociadores de la insurgencia en La Habana.

Según el Gobierno colombiano, en ese ataque murieron 26 personas, pero las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han insistido en los últimos días en que son 27.

En una declaración leída ante la prensa por el guerrillero «Pastor Alape» (Félix Antonio Muñoz Lascarro), las FARC denunciaron el «uso excesivo» de la fuerza militar en ese ataque, que provocó una «masacre».

«Según el testimonio de los sobrevivientes, varios heridos fueron rematados con tiros de gracia por la tropa oficial cuando reclamaban auxilio», señaló el grupo rebelde.

Los negociadores de la guerrilla solicitaron que los cadáveres de los insurgentes abatidos en el bombardeo sean analizados por forenses nacionales e internacionales «bajo la mirada neutral del CICR (Comité Internacional de la Cruz Roja)» para que haya un «informe confiable» sobre las circunstancias de esas muertes.

Jairo Martínez en una rueda de prensa.
Jairo Martínez en una rueda de prensa.

Las FARC también confirmaron hoy que el comandante de su 18 Frente y miembro de su Estado Mayor Central, «Román Ruiz» (alias de Alfredo Alarcón Machado) murió en otra acción del Ejército el pasado 25 de mayo en la región del Chocó (oeste), una baja de la que ya informó el Ministerio de Defensa colombiano.

Unos cuarenta miembros de las FARC han muerto en los últimos días en tres ataques de las Fuerzas Armadas de Colombia contra la guerrilla en los departamentos del Cauca (suroeste), Antioquía (noroeste) y Chocó.

Tras el bombardeo del pasado 21 de mayo en Guapi, el que más muertos causó, la guerrilla anunció a finales de la pasada semana la suspensión de la tregua unilateral que declaró en diciembre.

Esa ofensiva militar, la decisión de las FARC de suspender su cese al fuego unilateral y la noticia hoy de la muerte de un exnegociador de la insurgencia suponen un duro golpe para el proceso de paz colombiano, que continúa centrado en el debate sobre las víctimas del conflicto.

Desde que a finales de 2012 comenzó este proceso de paz, con sede permanente en La Habana, las partes han alcanzado acuerdos parciales en tres de los cinco puntos de la agenda que integran su «hoja de ruta», concretamente, en el tema de la tierra y desarrollo rural; participación política de la guerrilla; y drogas y narcotráfico.

De forma paralela a esa agenda, en los últimos meses comenzó a reunirse en La Habana una subcomisión técnica sobre el fin del conflicto con la participación de altos mandos militares colombianos y las partes habían llegado a un acuerdo para poner en marcha un plan piloto de desminado en Colombia, como una de las medidas para reducir la intensidad de la guerra.

Los delegados de las FARC en Cuba advirtieron este miércoles al presidente Juan Manuel Santos que las conversaciones de paz «no progresarán con baños de sangre» y abogaron por «restablecer la confianza y retomar el esfuerzo de las partes tendientes a concretar las medidas de desescalamiento del conflicto» que se estaban analizando.

«Tenemos que salir de esta turbulencia para entregarle al pueblo colombiano un horizonte diáfano que nos permita transitar, libre de enredaderas, el camino hacia el acuerdo final», indicaron los negociadores insurgentes que insisten en «no tirar por la borda los importantes avances logrados en la mesa de conversaciones de La Habana». EFE [I]

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