Lima.- La pieza fundacional de la novela moderna, ‘Don Quijote de la Mancha’ de Miguel de Cervantes Saavedra, ha sido traducida al quechua por un peruano de 91 años, después de más de 400 años desde que apareció y revolucionó la cultura occidental.
El traductor es el periodista y profesor de quechua Demetrio Túpac Tupanqui, que empezó el proyecto que hoy publica hace más de una década. La obra cumbre de la literatura en lengua castellana suma, gracias a él, un nuevo idioma en la lista de sus traducciones. Sin duda, se trata de una de los libros más traducidos de la historia de la humanidad.
La primera parte de ‘El Quijote’ acabó de traducirla hace diez años (se demoró dos años en el proceso). La segunda parte, considerada la más grandiosa, la terminó este año.
En su momento, por la traducción de la primera parte, Demetrio recibió el título inca de Amauta Capac Apu (gran maestro y señor) por parte del Consejo de los cuatro Incas que reúne a los descendientes del imperio incaico en el Cusco, según publica el portal Perú 21.
La traducción, de hecho, fue un encargo personal de Miguel de la Quadra-Salcedo, reportero español, quien buscó al maestro de quechua en su academia en el Callao. “Un día llegó Miguel y, con su acento vasco, me dijo que venía para que le tradujera ‘Don Quijote’ porque en varias partes como Argentina y Cuzco le dijeron que yo era la persona que mejor lo podía traducir. Me sorprendió, pero le dije que lo haría con la dedicación que merecía la tarea”, recordó el también periodista a EFE.
En concreto, el logro de Demetrio significa que ahora el libro de Cervantes se encuentra disponible para más de 10 millones de personas que en este momento hablan el quechua (en Perú, Bolivia, Argentina, Chile, Ecuador y Colombia).
Este es el título en quechua: Yachay sapa wiraqucha dun Qvixote Manchamantan (El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha).
Y esta es la legendaria primera frase del libro: “Huh kiti, La Mancha llahta sutiyuhpin, mana yuyarina markapi” (En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme). (I)