Colombia renueva su cúpula militar en el peor momento de los diálogos de paz

Juan Manuel Santos, presidente de Colombia. Foto de Archivo, La República.

Bogotá, (EFE).- Colombia amaneció hoy con una nueva cúpula militar tras el relevo de los comandantes del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada, que llegan a sus puestos en el peor momento de los diálogos de paz entre el Gobierno y las FARC y en medio de una ofensiva de esta guerrilla.

Pero tras el sorpresivo anuncio que hizo el lunes el presidente Juan Manuel Santos, las reacciones han llegado a cuentagotas y apenas se han pronunciado los actores políticos en Colombia.

En un diálogo vía Twitter con los colombianos sobre las verdades del proceso de paz, el mandatario se refirió al papel que las Fuerzas Armadas y de Policía tendrán si se firma la paz con las FARC, y aseguró que «será vital» pues también estarán «para consolidar seguridad en territorios y apoyar posconflicto».

De los tres nuevos comandante militares, el único que se pronunció hoy fue el general Carlos Eduardo Bueno, nuevo comandante de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), quien aseguró en entrevista con Caracol Radio que ese cuerpo debe ser muy efectivo en sus ofensivas.

Precisamente, uno de los elementos que más ha aportado a debilitar a las guerrillas han sido los bombardeos de la Fuerza Aérea sobre las posiciones de las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Por eso, cuando Santos ordenó suspender esos ataques sobre los campamentos el pasado mes de marzo, después de tres meses de cese el fuego unilateral de las FARC, el gesto fue interpretado como un gran paso hacia la reducción de la intensidad del conflicto.

Así lo reconoció hoy el general Bueno, quien explicó que los bombardeos «han sido fundamentales y una acción decisiva en nuestro conflicto».

En este sentido subrayó que no tiene ninguna restricción en los bombardeos, una de las cuestiones por las que había sido criticado Santos, a quien desde algunos sectores políticos se le había señalado por no ser contundente en las ofensivas contra la guerrilla.

El general Bueno, que hasta ayer era jefe de operaciones aéreas, reemplaza en la comandancia de la FAC al general Guillermo León León.

Los otros dos cambios son en la jefatura del Ejército, a la cual llega el jefe del Comando Conjunto de Operaciones Especiales, general Alberto Mejía Ferrero, en reemplazo del también general Jaime Lasprilla, y en la Armada, donde el almirante Leonardo Santamaría, jefe de Operaciones Navales, reemplaza al también almirante Hernando Wills.

Los tres nuevos jefes militares tendrán la tarea de dirigir a las Fuerzas Militares en un momento muy delicado, el final de las negociaciones de paz con las FARC que se iniciaron hace más de dos años y medio.

Entre los militares hay una división de opiniones al respecto y hay muchos que se muestran críticos sobre este proceso que algunos consideran que no hace justicia con los esfuerzos realizados sobre el campo de batalla.

El general Bueno no titubeó al decir que todos los hombres y mujeres de la Fuerza Aérea tienen claridad en que «la paz es interés de la nación, la paz viene como un interés que emana de la Constitución y como tal todos la añoran».

Y es que cada vez son más los signos que apuntan a un desgaste de los diálogos que, según reconoció el jefe del equipo negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, pasan por su «peor momento».

En la encuesta «Pulso país», de la firma Datexco publicada hoy se refleja esa desgaste, que ha llevado al 75 % de los colombianos a creer que no se firmará un acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC.

Esa caída de las expectativas, que también va acompañada de un descenso del apoyo a las negociaciones, está en buena medida motivada por la ofensiva iniciada por las FARC y que ha dejado más de veinte militares y policías muertos, además de graves daños al medioambiente.

En medio de esos ataques hoy murieron dos soldados, uno en Puerto Caicedo, municipio del departamento de Putumayo (sur), y otro en un ataque contra un batallón de ingenieros que realizaba actividades de construcción en el municipio de Barbacoas, departamento de Nariño (suroeste). EFE

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