Alemania no encontró explosivos en el estadio de Hannover

La policía alemana revisa asiento por asiento el estadio de Hannover, el 17 de noviembre de 2015. (AP Photo/Markus Schreiber)

Berlín, 17 nov (EFE).- El responsable de interior del estado federado de Baja Sajonia, Boris Pistorius, afirmó hoy que por el momento no se han encontrado explosivos en el estadio de fútbol de Hannover donde se iba a celebrar el amistoso entre Alemania y Holanda que fue cancelado.

Pistorius, en una rueda de prensa con el ministro de Interior alemán, Thomas de Maizière, aseguró que por el momento tampoco se ha practicado ninguna detención, aunque la policía sigue trabajando en la zona.

De Maizière, por su parte, habló de «buenas y amargas razones» para la suspensión del encuentro, aunque no dio detalles porque «se trata de la seguridad nacional» de Alemania.

El duelo amistoso entre Alemania y Holanda debía ser un partido simbólico para mostrar que, pese a lo ocurrido en París, la vida tenía que ser igual y que los ciudadanos europeos no iban a dejar que los terroristas del Estado Islámico marcaran su vida cotidiana.

Todo estaba preparado. Se iba a prescindir de los himnos de Alemania y Holanda para que sonara el europeo (el Himno a la Alegría, de Beethoven), se hablaba de coreografías de homenaje a las víctimas de París, la canciller Angela Merkel iba a estar en el palco y el delantero alemán Thomas Müeller había hablado en su cuenta de la red social Twitter de un paso hacia la normalidad.

Sin embargo, al final la sombra del terror acabó con todo. Hacia las 19.15 hora local (18.15 GMT), cuando ya había algunos aficionados en el estadio de Hannover, una portavoz de la policía anunció por los altavoces que el partido había sido cancelado por razones de seguridad.

«Abandonen el estadio rápidamente, pero sin pánico», dijo la portavoz.

«No hay peligro, váyanse a casa normalmente», se oyó por los altavoces.

Después, se habló de que un peligro concreto había obligado a tomar esa decisión.

Otro estadio de Hannover, donde estaba previsto que hubiese un concierto, también había sido evacuado, a lo que luego se sumaría el desalojo parcial de la estación central.

Tras la cancelación del partido y una vez que los aficionados abandonaron el recinto deportivo, la policía admitió que había indicios concretos de que se podía cometer un atentado con explosivos en el estadio.

La selección germana todavía no había llegado al campo cuando la policía desvió el autobús y, según el portavoz de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), Jens Grittner, llevó al equipo «hacia un lugar seguro».

«De momento no podemos decir nada más», indicó Grittner a través de su cuenta de Twitter.

En todo caso, la dicotomía entre no ceder ante el terrorismo o cancelar el partido para evitar posibles riesgos terminó resolviéndose ante los indicios de un posible atentado en el interior mismo del estadio.

El fútbol, aun antes de la cancelación, ya estaba en un segundo plano. La duda de si el partido debía mantenerse o no y la decisión de jugarlo habían sido los asuntos centrales de la previa.

La sombra de los atentados del viernes en varias zonas de París, entre ellas las proximidades del Estadio de Francia cuando los combinados francés y alemán estaban disputando un partido, pesaba sobre todos los planes.

Nadie se preocupaba por variantes tácticas o alineaciones probables. Lo que importaba a todos era el gesto de jugar pese a todo, un gesto que se frustró frente a los indicios de una amenaza concreta.

Contrariamente a lo que esperaba Thomas Müeller, no ha sido un paso hacia la normalidad, sino todo lo contrario. Para Alemania y para Holanda era el último partido del año.

Era antes de los atentados un clásico que todos esperaban, que recordaba cientos de historias. Después de los ataques terroristas de París, con al menos 129 muertos, debía ser un símbolo de resistencia

Ahora es otra cosa. El escritor Jürgen Werthheimer afirmó una vez que ver gente jugando al fútbol era percibir un síntoma de normalidad. Tal vez esa era la señal que quería darse.

Todo el mundo sabía que se trataba de un partido en el que también iba a jugar el miedo. La gente que fue al estadio había logrado derrotarlo, pero tuvo que volver a casa.

Al final, el símbolo quedó ahogado por la sombra del terror.EFE

PolicÌas revisan debajo de los asientos en el estadio de Hannover antes de un partido entre Alemania y Holanda el martes, 17 de noviembre de 2015, en Hannover. (AP Photo/Markus Schreiber)
PolicÌas revisan debajo de los asientos en el estadio de Hannover antes de un partido entre Alemania y Holanda el martes, 17 de noviembre de 2015, en Hannover. (AP Photo/Markus Schreiber)

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