La recesión

Juan Carlos Diaz-Granados Martínez
Guayaquil, Ecuador

En su momento, el gobierno nos dijo que rescindir el contrato a la Oxy y no renegociarlo, era un acto soberano. En aquel entonces, los precios del petróleo comenzaron a subir, así como la soberbia de los servidores públicos. Imponiendo el dogmatismo sobre el pragmatismo. Hoy, un laudo arbitral determina que el país deberá pagar mil sesenta y un millones de dólares como consecuencia de esta falta de seriedad. Dinero que no tenemos (los fonditos fueron consumidos), por lo que tendremos que endeudarnos más para pagar esa obligación.

Hugo Chávez fue tan buen populista, que hasta murió en el momento adecuado. Aquí no tuvieron esa suerte. Algunos de los autores y ejecutores de este tipo de medidas siguen siendo funcionarios del gobierno. Vivimos las consecuencias de sus errores. Pensar que el precio del petróleo siempre se iba a mantener alto, sin fomentar la productividad de las empresas, fueron dos de ellos. Graves.

Un empresario me comentó que todo lo que hacía el gobierno se podía resumir en una palabra: trampa. Coincido. Eso fue lo que nos impidió progresar debidamente, a pesar de haber recibido, en el transcurso de ocho años, trescientos treinta mil millones de dólares por ingresos petroleros extraordinarios, impuestos y préstamos. Por eso las obras que se construyeron costaron más; cuando pudieron haber sido realizadas por el sector privado, de acuerdo a lo establecido en la Ley de Modernización vigente, sin cargo al presupuesto estatal.

Queremos un gobierno serio. Que escuche a sus mandantes y ofrezca confianza para que regresen los treinta mil millones de dólares de dólares de inversión ecuatoriana. Pero no a la fuerza, ni con trucos, sino ofreciendo estabilidad jurídica. Reduciendo una presión fiscal que financia los excesos burocráticos, que nos llevaron a esta situación.

También queremos que nos dejen trabajar. De esa manera el Estado recibirá sus impuestos y se generarán empleos. No necesitamos que los poderes e instituciones estatales coadministren las empresas privadas, atentando contra la gobernabilidad societaria eficiente. Ese sistema ha fracasado en todos los lugares que se ha implantado. De hecho, no pueden ni administrar eficientemente las empresas públicas.

No existe una crisis mundial. Estados Unidos de América y los países de Europa están creciendo. Todos los países de Latinoamérica van a crecer en el 2015, menos Brasil, Argentina, Venezuela y Ecuador. Si el frente económico no reacciona tomando medidas contra cíclicas serias, este gobierno pasará a la historia como el que recibió la mayor cantidad de recursos durante la vida republicana, pero no supo aprovecharlos.

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