El jefe del Gabinete argentino, Aníbal Fernández, admitió la victoria de Mauricio Macri en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del domingo, pero dijo que la diferencia fue «nimia» y constituye «evidentemente un empate».
«No hay forma de que se pueda negar que sea un empate si, en 25,1 millones de votos, hay 700.000 de diferencia«, sostuvo Fernández en su primera comparecencia con los medios tras el triunfo del conservador Macri, postulante por la alianza Cambiemos, con un 51,40 % de los votos frente al oficialista Daniel Scioli, con el 48,60 %.
«¿Sabe qué hubiese pasado si hubiese sido al revés, si con una diferencia de 700.000 votos hubiésemos ganado nosotros? Estarían los tanques en la puerta, los aviones dando vueltas y las denuncias hasta la dirección electoral intergaláctica», señaló.
Fernández subrayó que a partir del 10 de diciembre, cuando asuma Macri, el kirchnerismo va a seguir «al pie del cañón, defendiendo los derechos de los otros» y se preparará «para volver a gobernar».
La victoria de Macri pone fin a 12 años de kirchnerismo, tras los mandatos presidenciales de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández (2007-2015). EFE (I)