La mitad de la financiación del Estado Islámico (EI) procede de impuestos que impone el grupo terrorista sobre las actividades económicas y servicios básicos en sus áreas de control, según un informe divulgado hoy por la consultora IHS.
Ese documento estima que los ingresos mensuales del EI en 2015 rondaron los 80 millones de dólares, de los cuales un 50 por ciento procedió de los impuestos y de la confiscación de bienes, mientras que alrededor del 43 por ciento se originó en ingresos por el petróleo.
El resto proviene del contrabando de drogas, de la venta de electricidad y de las donaciones, según este análisis.
«Al contrario de lo que ocurre con Al Qaeda, el Estado Islámico no ha dependido de dinero procedente de donantes extranjeros, para evitar dejarlo vulnerable a merced de su influencia», explicó Columb Strack, analista de la citada consultora privada, en la web de IHS.
«El valor de las donaciones externas al Estado Islámico es mínimo, comparado con otras fuentes de ingresos», argumentó.
El grupo yihadista mantiene al menos seis principales modos de abastecerse: producción y tráfico de petróleo y gas; impuestos sobre beneficios de todas las actividades comerciales desarrolladas en áreas bajo su control; confiscación de tierras y propiedades, tráfico de drogas y antigüedades; actividades delictivas, como robos de bancos y secuestros, y empresas estatales.
«Una de las principales fuentes de ingresos del Estado Islámico procede de la tasación de actividades económicas y servicios básicos, incluyendo las redes de electricidad, compañías de telefonía móvil, acceso a internet, minoristas, industria y agricultura dentro de territorios que controlan», indicó Ludovico Carlino, otro de los analistas del estudio.
Carlino agregó que los terroristas del grupo yihadista «cobran un 20 por ciento de impuestos en todos los servicios».
La situación de anarquía que se vive actualmente en Siria y en el oeste de Irak ha facilitado el control del grupo terrorista sobre las funciones normales del estado, a lo que se suma la explotación que hace el EI de las existentes redes criminales y de traficantes, así como la dependencia de la población del mercado negro.
«Su modelo de negocio, que se centra fuertemente en intermediarios y en tomar porcentajes, también implica que el EI es capaz de ganar beneficios de áreas y sectores donde no está directamente involucrado», apuntó ese experto.
El documento señala además que los esfuerzos por poner como blanco las fuentes de ingresos del EI «valen la pena».
En este sentido, indica que la coalición liderada por EEUU se ha centrado en desmantelar los ingresos procedentes del petróleo del grupo terrorista, que representa hasta un 43 por ciento del total de sus fondos.
«Los ingresos por impuestos son mucho más difíciles de minar para la coalición liderada por EEUU sin tener un impacto negativo sustancial en la población civil y probablemente esto sería contraproducente», argumentó el analista.
El informe indica también que existen indicios de que el grupo «está teniendo dificultades para equilibrar su presupuesto» y habría tenido que recortar el salario de sus combatientes, subir los precios en los servicios básicos e introducir tasas agrícolas.
Si bien el EI retiene su capacidad de producir petróleo, la pérdida del fácil acceso a Turquía y los esfuerzos de las autoridades turcas para frenar las actividades de contrabando en su frontera con Siria han forzado al grupo a depender cada vez más de sus mercados internos en Siria e Irak para traficar y vender petróleo, según datos del IHS. EFE [I]