De la necesidad de dialogar y ser ejemplo

Desde hace algunos años, es bastante común que en reuniones familiares o de amigos existan altercados, menores o mayores, debido a alguna discusión sobre la política, y en particular, sobre la forma de manejo y conducción política del actual gobierno. A los ecuatorianos se nos ha convertido, sin que así lo hayamos decidido, en opositores o gobiernistas.

Esta polarización ha hecho que, además de haber perdido los espacios de diálogo, se vayan perdiendo las ganas de dialogar. En las reuniones ahora es común evitar la conversación sobre política por la preocupación de ser considerado un “borrego sanduchero” u “opositor vende patria”. Muchos ecuatorianos resignados, poco a poco han ido tomando un bando, sin necesariamente estar completamente de acuerdo en los postulados de uno u otro, buscando un refugio a sus ideas, sin escuchar y discutir con el contrario. Así, en silencio, el país va perdiendo la posibilidad de conversar, de entenderse, de reconocerse diverso y por ende, valioso.

Esta crisis, la falta de diálogo sincero, es mucho más grave que cualquier problema económico que podamos enfrentar. Hace unos meses, en el marco del proceso de enmiendas a la Constitución, el gobierno hizo un llamado a un diálogo ciudadano. Al principio escuché la noticia emocionado, pensando que se había dado cuenta el gobierno de la necesidad de dialogar. Lamentablemente, aquella esperanza se convirtió en desilusión en su ejecución, ese diálogo era un triste monólogo en el que solo se desvirtuaba la opinión del contrario a través de elaborados argumentos que para muchos fueron solo falacias.

La falta de espacios de diálogo sincero, donde exista respeto y empatía, ha hecho que la sociedad deba desfogar su descontento en las calles, exacerbando aún más la polarización y limitando la posibilidad de co-crear soluciones. Si queremos salir de esta crisis, de la crisis social, ningún cambio en la política económica del régimen lo va a lograr, necesitamos cambiar nosotros, abrirnos al diálogo, entendiendo que podemos ser enemigos de unas ideas pero no de las personas.

Propongo que Usted señor lector, me acompañe en esta búsqueda de diálogo sincero y respetuoso, que usted también lo busque y lo otorgue a quien busque dialogar, pero sobre todo que lo exija en toda circunstancia, pues solo así podremos salir de esta crisis, con su ejemplo. Le propongo encontrarnos en las redes sociales, compartir ideas y buscar soluciones, le propongo dialogar y dar el ejemplo. #YoDialogo.

@mmoralesEC

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