53 Muertos en el ataque yihadista más grave sufrido por Túnez en un año

Túnez. Foto: EFE

Túnez (EFE).- Al menos 53 personas, entre ellas 35 supuestos yihadistas, murieron hoy en la ciudad meridional tunecina de Ben Guerdan, limítrofe con Libia, en un ataque contra un cuartel y comisaría que, para los expertos, supone un cambio sustancial de la estrategia de los fanáticos en Túnez.

El incidente armado, el segundo de estas características en Ben Guerdan en los últimos cinco días, estalló en la madrugada y continuaba abierto al caer la noche, ya que las fuerzas de Seguridad todavía buscan extremistas presuntamente huidos.

Responsables militares explicaron a Efe que los atacantes entraron a través de la vecina frontera con Libia a bordo de vehículos todoterreno y con armas de medio calibre, como lanzagranadas RPG.

En el tiroteo, entablado en un barrio en el que se concentran la mayoría de los edificios de Seguridad, murieron 35 yihadistas y otras 18 personas, entre ellas varios soldados, guardias nacionales, seguridad privada y agentes de aduanas.

También perecieron siete civiles, entre ellos una niña de doce años, confirmaron a Efe fuentes médicas.

«Es un ataque sin precedentes, planeado y organizado. Su objetivo probablemente era tomar el control de esa zona para declarar un nuevo emirato. La mayor parte de los tunecinos están ahora en guerra contra la barbarie», afirmó el presidente de Túnez, Beyi Caid Essebsi.

También indicó que «Túnez apoyó hasta ahora a Libia como podía, aunque ahora quizás llegó el momento de aplicar medidas drásticas y radicales para acabar con el flujo que amenaza al país», en declaraciones a la prensa local.

«El ataque es un cambio de estrategia claro de los yihadistas que se esperaba desde hace tiempo. Había señales de que pretendían traer la situación libia aquí», explicó a Efe el experto tunecino en yihadismo, el periodista Basel Forjeman.

«No está solo relacionado con el bombardeo norteamericano (de hace dos semanas en la ciudad libia de Sabratah, en el que murieron 50 radicales, en su mayoría tunecinos) si no con la presión a las células en el país, que ha aumentado en las últimas semanas», opinó.

A su juicio los yihadistas «buscaban desde hace tiempo una acción espectacular en Túnez, es decir, desatar el pánico y advertir al gobierno».

Hasta la fecha, ningún grupo ha asumido la autoría del ataque, pero las redes sociales vinculadas con diferentes grupos yihadistas y en particular con la rama libia de la organización Estado Islámico ya han felicitado a sus autores.

El miércoles, cuando cinco presuntos extremistas fueron abatidos en Ben Guerdan tras entrar de formar similar desde Libia y atrincherarse en un casa, las autoridades tunecinas ya acusaron a esta rama.

Testigos informaron entonces de que otros cinco presuntos yihadistas habían logrado huir en dirección a las amplias áreas de desierto que componen la porosa frontera entre Libia, Túnez y Argelia.

«La pregunta ahora es cómo es posible que puedan entrar de manera tan fácil y de que han servido las medidas adoptadas por las autoridades tunecinas meses atrás», se preguntaba hoy un responsable de Inteligencia de una embajada europea.

«Evidentemente existe un gran problema en todo el área sur, y en particular de Ben Guerdan, que amenaza a Túnez pero también al resto de los países de la región, en particular Argelia que tiene mucho petróleo», agregó.

Ben Guerdan, desde hoy bajo toque de queda, esta considerada la capital del tráfico ilegal en Túnez y es la localidad tunecina de la que más voluntarios han partido a la yihad internacional desde el principio de este siglo.

Uno de los yihadistas más famosos de la región fue miembro de la dirección de la red terrorista internacional Al Qaeda en Irak en tiempos de Abu Musab al Zarqaui (2004-2006), organización que es uno de los embriones del Estado Islámico.

Además, desde que la caída de la dictadura en 2011 propiciara la salida de miles de fanáticos de las cárceles, el sur de Túnez se ha convertido en punto de encuentro de yihadistas procedentes de todos los rincones del Sahel.

Existen dos grandes rutas en la zona: una que parte de la ciudad libia de Sabratah y través de Ben Guerdan acaba en las montañas de Kasserin, una zona fronteriza con Argelia en la que se acantonan los yihadistas locales.

Otra que parte del mismo lugar, pasa igualmente por Ben Guerdan y sube después a través de la costa a Susa, Kairauan -cuarta ciudad santa del Islam- y Túnez capital.

Esta última ruta es la que utilizaron los yihadistas afines al Estado Islámico que 2015 ya se infiltraron desde Libia y mataron a 60 turistas extranjeros, 22 de ellos en el museo El Bardo, de la capital, ataque del que la semana próxima se cumple un año.

Tres meses después, otro tunecino instruido en Sabratah asesinó a tiros a 38 turistas extranjeros en la playa de un hotel de lujo de Susa.

Túnez es el primer país del mundo en número de voluntarios que han partido a la yihad en Siria e Irak, con más de 5.000 fanáticos, la mayoría de ellos con lazos familiares en el sur. EFE (I)

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