La revolución feminista de Justin Trudeau llega a la moneda canadiense

Justin Trudeau, primer ministro de Canadá.

Toronto (Canadá), (EFE).- La decisión del Gobierno canadiense de que una mujer ilustre la nueva serie de billetes ha sido aplaudida por progresistas que ven en el nuevo primer ministro, Justin Trudeau, un gran aliado del movimiento feminista y una clara ruptura del pasado más retrógrado del país.

Desde el pasado 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, la página web del Banco de Canadá destaca de forma prominente un enlace que solicita al público que nomine a una mujer para que aparezca en los nuevos billetes que se emitirán en 2018.

«Invitamos a los canadienses a que nominen una mujer icónica para que aparezca en un nuevo billete», señala la autoridad monetaria canadiense, que añade que las candidatas tienen que ser canadienses, por nacimiento o naturalización, «que han demostrado un liderazgo, logro o distinción excepcional».

Nada ha cambiado en el Banco de Canadá desde hace años: el gobernador del banco central es el mismo, Stephen Poloz, desde junio de 2013, precisamente el mismo año que la historiadora canadiense Merna Foster inició una campaña para incluir a mujeres en los billetes de dólares canadienses.

Foster inició su campaña, que recogió más de 73.000 firmas de apoyo, después de que el Banco de Canadá eliminara del reverso de los billetes de 50 dólares, los segundos de más valor que emite la institución, las figuras de cinco mujeres que a principios del siglo XX lucharon por la igualdad de sexos.

Lo que si ha cambiado es el Gobierno canadiense, que tras las elecciones generales del pasado 19 de octubre está en manos del Partido Liberal y su líder, el actual primer ministro, Justin Trudeau.

Nada más ganar las elecciones, derrotando de forma contundente al hasta entonces gobernante Partido Conservador de Stephen Harper, Trudeau dejó claro que impondría un tono radicalmente distinto al de su antecesor especialmente en cuestiones de igualdad de sexos.

El nuevo mandatario anunció que la mitad de su Gobierno estaría formado por mujeres. Y cuando fue preguntado porqué, Trudeau respondió con un demoledor y sucinto «porque es 2015».

En caso de que su mensaje no fuera claro, en enero, durante su visita al Foro de Davos (Suiza), Trudeau afirmó en un coloquio que «no nos debería asustar utilizar la palabra feminista. Hombres y mujeres deberían usarla para describirse a si mismos si así lo quieren».

Y el viernes, durante su histórica visita de Estado a Estados Unidos, Trudeau declaró durante un discurso en Washington que «no sólo las mujeres pueden ser feministas. Los hombres tienen que ser feministas también. Y ya es tiempo de que lo digamos más a menudo».

Así que no es extraño que la noticia de que los nuevos billetes canadienses incluirán una mujer fuera anunciado por el primer ministro canadiense rodeado de su esposa, Sophie Gregorie-Trudeau; el ministro de Finanzas, Bill Morneau; y un numeroso contingente de ministras del gobernante Partido Liberal.

«Una mujer canadiense aparecerá en la primera de la nueva serie de billetes que se esperan en 2018», afirmó Trudeau ante las cámaras de televisión y en medio del aplauso y vitoreo de los presentes.

El anuncio es exactamente lo que Foster y muchos sectores progresistas del país quieren. La historiadora no solo quería que figuras femeninas aparecieran en los billetes de dólares canadienses sino que fueran la cara de alguna de las denominaciones.

En la actualidad, de los cinco billetes en circulación (de 5, 10, 20, 50 y 100 dólares) sólo los de 20 dólares incluyen en su frontal la imagen de una mujer: Isabel II, la reina de Inglaterra, que constitucionalmente es la monarca de Canadá.

Los demás billetes destacan hombres blancos y poderosos de la historia del país.

Pero para muchos, Isabel de Inglaterra no es exactamente representante de una «mujer icónica» canadiense.

Para empezar, aunque es la monarca de Canadá, no es canadiense.

Además, su prominente presencia en la divisa provoca otros problemas entre muchos sectores del país que consideran la monarquía británica como una reliquia del pasado que no corresponde con la realidad multicultural y étnica del Canadá de hoy en día.

Como hoy señalaba en el periódico de mayor circulación de Canadá, «The Toronto Star», uno de sus principales columnistas, «existe una fuerte opinión pública en Canadá que, como nación independiente, cree que no deberíamos seguir requiriendo a nuestros ciudadanos que hagan reverencias y se arrodillen a un soberano extranjero». EFE (I)

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