Víctor Rodríguez Núñez: «Me daba miedo escénico publicar este libro»

Víctor Rodríguez Núñez, poeta cubano. Foto de yusnaby.com

Madrid, (EFE).- El cubano Víctor Rodríguez Núñez habla de la poesía en términos migratorios, reivindica la innovación y el apego a la realidad para escribir, al tiempo que reconoce que publicar su último libro, «Despegue», por el que acaba de recibir el premio Loewe, le daba «miedo escénico».

«A mí me daba miedo escénico publicar este libro y cuando uno toma riesgos es difícil ganar premios», confiesa el poeta cubano en una entrevista a Efe, en la que asegura que la poesía tiene «aduanas» y «controles migratorios» y que quienes los sortean «fácilmente» se rinden a lo «convencional».

Sentado en un salón de la Casa de América de Madrid, reivindica que «no se puede seguir en la misma cosa», así como que la poesía «no puede perder el carácter de creación e innovación» ni «quedarse en fórmulas», sino que hay que «cuestionarlas todas».

«Uno tiene que hacer algo diferente», introduce para explicar que «la poesía es muy normativa» y que pese a ello «cada uno escribe como le da la gana y es como debe hacerlo».

Aclara que no es un exiliado político pero recuerda que sus éxitos no se dan a conocer en Cuba porque hace ya mucho que se fue de la isla, por lo que lamenta que este premio Loewe, «importante para la poesía cubana», no haya tenido repercusión mediática en su país.

«Nada, ni una sola línea se ha publicado sobre el premio y en Cuba me conocen bien, no es que sea un desconocido», precisa, aunque celebra las felicitaciones de poetas compatriotas a los que puede «estimular» que él haya recibido el galardón.

«Puede ser un estímulo para los poetas cubanos, que vean que es posible que se puede ganar el Loewe, la poesía cubana ha estado muy expuesta, se publica mucho, de una gran calidad y de una extraordinaria tradición, de la que me siento muy orgulloso de formar parte», zanja al respecto.

Por otro lado, el cubano alaba que el jurado otorgara el premio Loewe de creación joven a una mujer, la ecuatoriana Carla Badillo, y asegura que esto es «lo que está por venir» en la poesía hispanoamericana, donde las mujeres escriben «cada vez más y mejor».

Asimismo, reivindica los versos escritos «al otro lado del Atlántico», versos procedentes «de cada rincón», en los que se escribe «muy buena poesía» de «una misma lengua», que nació en España pero que «se enriqueció y se desarrolló también allí», en América Latina.

Sobre el hecho de que la poesía no sea el tipo de literatura que más consume el gran público, Rodríguez Núñez lo tiene claro: «la sensibilidad hay que educarla, no pasa espontáneamente».

«En Cuba no tengo ningún problema. Mis libros se publican y se leen porque Cuba tuvo un proceso social que subió a la gente y le dio educación. Sin cultura la poesía no va a llegar a la gente», insiste.

En ese sentido incide en que «la poesía nunca da la espalda a la realidad» sino que «es parte de la misma» y de ella «se nutre», y opina que uno de los grandes problemas con el lector medio se debe a «un problema de clases».

«La mayoría de los poetas somos de la clase media y la clase obrera no escribe, pero yo no voy a hacer ese intento de Neruda de intentar hablar por otros, cada uno solo puede hablar por sí mismo», apostilla. EFE

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