Le Clézio reivindica la literatura como una alarma para «despertarnos»

SAN JUAN (PUERTO RICO), 15/03/2016.- El nobel de literatura Jean-Marie Le Clézio durante su presentación hoy, martes 15 de marzo de 2016, en la primera sesión de la plenaria del VII Congreso de la Lengua en San Juan (Puerto RIco). EFE/Thais Llorca/Cortesía Instituto Cervantes/SÓLO USO EDITORIAL

San Juan, 15 abr (EFE).- ¿Qué hace un escritor francés en un Congreso de Lengua Española?», le preguntaron hoy al Premio Nobel de Literatura Jean-Marie Le Clézio, que defendió el papel de la literatura como «una alarma para despertar» y reivindicó como Cervantes, el reirse de los discursos hipócritas de los políticos.

Con la ponencia del novelista francés dieron comienzo en San Juan las sesiones plenarias del VII Congreso Internacional de la Lengua Española tras la inauguración oficial que presidieron los Reyes, que asistieron también después de un almuerzo a la conferencia del Premio Nobel de Literatura 2008.

Esta primera sesión, titulada «Tradición y creatividad: las lecciones cervantinas», supuso un tributo a la creatividad, oral y escrita de la «lengua de Cervantes», analizando la herencia cervantina en la literatura actual y las nuevas lecturas interpretativas del Quijote.

Le Clézio, lector temprano de «El Quijote», destacó que la lengua española, como el resto, no tiene dueños, ya que «es un regalo universal que los españoles hicieron al mundo pero que todo el mundo comparte».

Así recordó como su bisabuelo le legó una colección de libros valiosos que sobrevivió a las guerras, algo que en su infancia y adolescencia fue para él «la fuente donde bebía el brebaje de la sabiduría».

Entre tantos libros, explicó, dos le atrajeron especialmente, «El Lazarillo de Tormes» y el que consideró más extraordinario, «El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha». Los releyó muchas veces, cada vez con el mismo entusiasmo y aunque no conocía nada de sus autores, era como si se hubieran escrito para él en su idioma, el francés.

Porque es así como se distinguen las obras maestras, las que permiten «que sin importar su origen, época o idioma, un niño pueda identificarse con ellas».

Se trataba de un libro «pesado y sólido», una traducción al francés de 1845 de 884 páginas, decorado con grabados de oro fino, rememoró el novelista, que aseguró que «no sabía que se trataba de un libro excepcional». Para él, era «El Quijote».

«El Quijote es una mezcla de géneros que abarcaba la totalidad de la vida», sostuvo el Premio Nobel de Literatura, que consideró una paradoja que «el más clásico de los novelistas de España fuera al mismo tiempo el más criollo, el más mezclado».

Según Le Clézio, con esta novela «total» se inventaba por primera vez el humanismo.

Para el escritor francés, la pareja de Don Quijote y Sancho Panza «es el mejor retrato del hombre moderno en su dualidad. Hijos e hijas de esa pareja primordial, contradictorios, víctimas del monstruo frío de la política, en rebelión contra la injusticia pero incapaz de resolverla».

Por eso cree que la juventud del Quijote durará mas allá de la época difícil que se vive en la actualidad, «embarcados en el mismo mundo de hace 400 años de guerras e injusticias».

«Podemos reírnos, como él, de discursos hipócritas de políticos y de pensadores conformistas», dijo el Nobel francés que se preguntó: «¿No somos hijos huérfanos del caballero de la triste figura y su fiel amigo Sancho?».

Por eso, definió esta obra como «una herencia, un tesoro inmenso e indivisible de toda la Humanidad».

En una mesa redonda que posteriormente ha dirigido Aurora Egido, de la Real Academia Española, se mostraron algunas de las claves que supuso la invención de la novela moderna y su relación con los modelos clásicos.

El doble juego entre tradición y originalidad que abarca la obra de Miguel de Cervantes y la creatividad oral y escrita del español como «la lengua de Cervantes» en diálogo con las demás lenguas, han sido otros de los aspectos destacados en las intervenciones de la tarde. EFE

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