Medio país colapsado un día después del terremoto. Reportan 246 muertos

El alcalde de Quito, Mauricio Rodas (c), visita una vivienda afectada por el terremoto en el barrio Ciudad Futuro hoy, domingo 17 de abril de 2016, al sur de Quito (Ecuador). El vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, informó hoy que la cifra de fallecidos ascendió a 235, en tanto que la de heridos es de 1.557 como consecuencia del terremoto de magnitud 7,8 en la escala abierta de Richter que sacudió ayer la zona tropical norte del país. EFE/FREDY CONSTANTE

PEDERNALES, Ecuador (AP) — La ayuda empezaba a llegar el domingo a las localidades devastadas por un fuerte terremoto que azotó la región costera del centro de Ecuador en la víspera, derrumbó decenas de edificaciones, generó destrucciones en algunas carreteras y ha dejado al menos 246 personas fallecidas y 2.527 heridas.

El epicentro del terremoto, de una magnitud de 7,8 grados y el más fuerte en afectar a Ecuador desde 1979, tuvo lugar en zonas ecuatorianas escasamente pobladas, compuestas por puertos de pescadores y playas turísticas, a 170 kilómetros (105 millas), de Quito, capital del país.

«La cifra actualizada total que tenemos hasta ahora es de 246 ciudadanos que han perdido la vida y alrededor de 2.527 heridos. Se están elaborando listas de desaparecidos y continúan las labores de rescate», dijo el vicepresidente Jorge Glas en rueda de prensa.

La mayor parte de las poblaciones de la provincia de Manabí, Guayaquil, la capital Quito y otras ciudades importantes, han sido las más afectadas incluyendo a Pedernales, Portoviejo y Manta, en la Costa Pacífica.

En la mañana y tarde del domingo, residentes y rescatistas de esos lugares sacaban de los escombro decenas de cadáveres con sus manos.

En Pedernales, un poblado de unas 40.000 personas, soldados de las fuerzas militares improvisaron un hospital en un estadio, donde cientos de personas se preparaban para dormir, por segunda noche consecutiva.

Cables de electricidad caídos serpenteaban por las calles de Pedernales sin que hubiera esperanza de que retornara el servicio de electricidad, lo que no brindaba condiciones de seguridad para que los pobladores pudieran retornar a sus casas.

Gabriel Alcívar, el alcalde de Pedernales, informó de algunos incidentes de pillaje en el caos inicial pues las autoridades estaban demasiado ocupadas tratando de salvar vidas. Con el arribo de 14.000 policías y soldados a los poblados afectados, la zona parecía mucho más controlada.

Las vías de acceso a los poblados afectados estaban literalmente cortadas por derrumbes frecuentes.

«He visto el reporte hasta el mediodía de 60 muertos, y una decena más en la tarde, al menos se contabilizan en la ciudad de Portoviejo 100 muertos y eso que no sabemos cuántas víctimas están bajo los escombros, esto es muy grave», dijo Agustín Casanova, el alcalde de Portoviejo, una de las ciudades más afectadas, dijo en declaraciones a The Associated Press. «Esta emergencia supera cualquier situación».

Añadió que hay 50 edificios afectados gravemente en el centro de la ciudad, 25 colapsaron y «se llevaron a todas las personas que estaban dentro y otros 35 están parcialmente colapsados y hay que demolerlos».

En el centro de Guayaquil, el techo de un centro comercial se derrumbó y un puente de una autopista colapsó y aplastó un coche. En la capital, Quito, el movimiento telúrico se sintió durante aproximadamente 40 segundos y la gente huyó temerosa de los edificios hacia las calles. Se cancelaron eventos deportivos y conciertos en todo el país hasta nuevo aviso.

En Manta, el aeropuerto cerró después de que la torre de control colapsara e hiriera a un trabajador de control de tráfico aéreo y a un guardia de seguridad.

En Pedernales, una de las poblaciones más cercanas al epicentro, un sinnúmero de edificaciones se encontraban en escombros y la gente deambulaba por las calles, tras haber soportado una lluvia intensa durante toda la madrugada, arropada con mantas y cobijas.

Un residente que no quiso identificarse tenía a su lado, en el suelo, los cadáveres de su esposa y una hija, quienes murieron a consecuencia del terremoto. Esperaba ayuda para llevarlas al cementerio.

«Solo quedan dos o tres edificios, que quedaron parados», dijo a la AP, Gari Coveña, residente del lugar. Agregó que hubo saqueos en los almacenes más grandes de la población, y desde la mañana la policía trataba de poner algo de orden en el caos, mientras los sobrevivientes, usando solo las manos, removían los escombros buscando a sus seres queridos.

Otro hombre, que no quiso ser identificado, dijo en medio de sollozos: «todos hemos perdido a familia. Hay muchos muertos en las calles y bajo los escombros, muchos que están atrapados debajo de casas y edificios. Pedernales está destrozada, prácticamente no queda nada en pie. Esperamos que el gobierno nos ayude de alguna manera. Pedimos ayuda. Todo está destrozado».

El presidente, Rafael Correa, que estaba en visita diplomática en El Vaticano, firmó un decreto declarando el estado de excepción.

«Todo se puede reconstruir, pero no se puede reconstruir las vidas perdidas y eso es lo que más nos duele», dijo en declaraciones al canal público EcuadorTv.

Muchas de las viviendas que se derrumbaron hacen partes de barriadas y las residencias, construidas con ladrillo y cemento barato, quedaron reducidas a escombros a lo largo de la trayectoria del sismo.

En declaraciones exclusivas para la AP, el Vicepresidente Jorge Glas dijo al llegar a Pedernales: «estamos con la fuerza pública, con la policía nacional, estamos activando todos los mecanismos de socorro, de asistencia de heridos, protocolos de asistencia de salud».

El ministerio de salud ha convocado públicamente voluntarios médicos para atender la emergencia. Hasta la tarde del domingo se habían producido 189 réplicas de menor intensidad del terremoto.

Glas también dijo que no se presentaron daños significativos en obras de infraestructura hidroeléctrica ni en una refinería, que luego de una última inspección entrará en funcionamiento.

Más de 3.000 paquetes de ayuda, con comida y 8.000 kits para dormir fueron enviados a las zonas afectadas. También fueron despachados 200 bomberos a Pedernales y 300 a Manabí, según un comunicado de la Secretaría de Gestión de Riesgos.

«Hay mucha destrucción en el centro de la ciudad. Se han caído puentes, paredes y cerramientos», dijo a la AP José Villacís, residente en Portoviejo. Conozco gente que ha muerto. Todos estamos muy nerviosos, se están sintiendo réplicas que nos dan más miedo».

El Servicio Geológico de Estados Unidos situó el epicentro del sismo a una profundidad de 19 km (11,8 millas), 27 kilómetros (16 millas) al sur-sureste de Muisne, Ecuador.

David Rothery, profesor de Geociencias en Open University, al noreste de Londres, dijo que el sismo ecuatoriano fue unas seis veces más fuerte que el más potente de dos terremotos mortales ocurridos en el Pacífico, en la más meridional de las cuatro islas principales de Japón.

Un terremoto de magnitud 6,5 golpeó jueves cerca de Kumamoto, seguido por un terremoto de magnitud 7,0 tan sólo 28 horas más tarde. Esos terremotos mataron a 41 personas e hirieron a alrededor de 1.500. Aplastó casas y provocó grandes deslizamientos de tierra.

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El jefe del buró de los Andes, Joshua Goodman contribuyó a este despacho desde Bogotá.

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