Economía brasileña afronta recesión en medio juicio político

Una manifestante sostiene una pancarta con el lema "Habrá un juicio político" (en portugués) durante una protesta para exigir el impeachment de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en Sao Paulo, Brasil, el 9 de mayo de 2016. El líder del Senado de Brasil, Renan Calheiros, dijo que la cámara votará según estaba previsto sobre una moción para abrir el proceso contra Rousseff, pese a un repentino cambio de postura en la Cámara de Diputados. (Foto AP/Andre Penner)

SAO PAULO (AP) — A Brasil le está tocando bailar con la más fea: no sólo está lidiando con un juicio político en contra de su presidenta, sino que además padece la peor recesión económica en décadas.

El juicio político contra la suspendida mandataria Dilma Rousseff dejó las riendas del poder en manos del Vicepresidente Michel Temer, quien ahora debe enfrentar una crisis económica que es igual de grave a la crisis política generada por el juicio.

La economía brasileña, la séptima más grande del mundo, se contrajo un 3.8% el año pasado y el Fondo Monetario Internacional espera que se contraiga al mismo nivel en 2016.

Brasil, un exportador de materias primas como azúcar, café, mineral de hierro, ha sido víctima de una caída en los precios de compra, en parte por el debilitamiento de la demanda generada por la desaceleración de la economía china.

«Brasil ha tenido crisis económicas en el pasado y ha tenido crisis políticas también. Pero nunca ha afrontado ambas crisis al mismo tiempo», dijo Shannon O’Neil, investigadora de Estudios Latinoamericanos para el Council on Foreign Relations.

En la época de las vacas gordas de mediados de la década de 2000, los consumidores brasileños se endeudaron como nunca antes, pues acababan de salir de la pobreza y habían entrado en la clase media. Compraron automóviles, electrodomésticos y hasta iPhones. Ahora, como ocurrió con los estadounidenses en la devastadora crisis financiera de 2008 o con los europeos y la recesión que precedió, los brasileños ahora se enfrentan a la hora de la verdad.

Tendrán que pagar la deuda y recortar gastos. En marzo, las ventas de minoristas cayeron cerca del 6% con respecto al año anterior.

Brasileños en restaurantes observan el discurso pronunciado por la suspendida presidenta Dilma Rousseff en Sao Paulo, Brasil, el jueves 12 de mayo de 2016.. (AP Foto/Andre Penner)
Brasileños en restaurantes observan el discurso pronunciado por la suspendida presidenta Dilma Rousseff en Sao Paulo, Brasil, el jueves 12 de mayo de 2016.. (AP Foto/Andre Penner)

La crisis política amenaza con empeorar la crisis económica. Un escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras paralizó las relaciones comerciales entre la empresa privada y el gigante energético. La polarización política ha hecho difícil la conformación de alianzas y consensos políticos necesarios para adoptar medidas a largo plazo.

Aun así, algunos economistas y empresarios han expresado confianza de que al marginar del poder al Partido de los Trabajadores, o PT, será beneficioso para la economía, que ha sido una de las que ha crecido más rápido hasta 2010.

«Los mercados financieros están optimistas con la posibilidad de un enjuiciamiento a la mandataria», dijo Alessandra Ribeiro, un economista de la firma consultora Tendencias, basada en Sao Paulo. «Los cambios que se esperan en el gobierno y en las políticas económicas pueden representar el comienzo de un gradual retorno de la confianza de los inversionistas en Brasil».

Las acciones brasileñas tuvieron un auge con la confirmación del inicio del juicio político. La moneda local, el real, recuperó su poder adquisitivo antes de que iniciara la sesión en la que se suspendió a Rousseff en el senado, pero perdió un poco de valor frente al dólar después de la votación.

Temer está bajo intensa presión para que haga reformas económicas pero ha sido vago acerca de sus planes. Ribeiro dijo que Temer y su gabinete probablemente adoptarán «un punto de vista distinto frente a la economía, un enfoque más común y más amigo de los mercados». La analista espera que la economía del gigante sudamericano vuelva a crecer en 2017.

Economistas de Brasil dicen que se deben implementar profundas reformas económicas de largo plazo para que sea más competitiva.

«Hay un camino que seguir», dice O’Neil. «No es un camino fácil o rápido… Brasil es muy burocrática. Es difícil abrir un negocio, es más difícil cerrarlo… Es el lugar más difícil y bizantino para presentar los impuestos».

Brasil está en el puesto 116 de 189 países de una lista del Banco Mundial como «lugares más fáciles para hacer negocios». El sistema impositivo es tan disfuncional que los brasileños necesitan un estimado de 2.600 horas al año para preparar su declaración de impuestos y pagarla, dice el Banco Mundial, muy lejos de Bolivia, por ejemplo, que gasta un promedio de 1.025 horas y de Estados Unidos, con 175 horas.

Aun así, Mauro Calil del Banco Ouroinvest, de Sao Paulo, le dijo al portal de noticias UOL que «cualquier signo positivo, sin importar que tan pequeño sea, es como un vaso de agua en el desierto. No va a resolver el problema pero va a ayudar a saciar la sed por un rato».

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