Algunos, tratamos de no pensar y no hablar de nuestros temores, de nuestros cucos, no obstante a Rafael Correa le gusta exponerlos, como si así estos se desvanecieran. Tantas veces el Mashi nos ha dejado en evidencia cuales son sus cucos que nos lo sabemos de memoria: la prensa “corrugta” y los medios de comunicación, los empresarios, los pelucones, los humoristas, la partidocracia.
La prensa y los medios de comunicación son el Chuzalongo (un duende macabro que es leyenda en la Sierra) del Mashi. Hasta antes de Correa, el estado ecuatoriano era propietario de únicamente un medio: la Radio Nacional del Ecuador. Con la llegada del gobierno revolucionario se vino la apropiación e invención de algunos medios por parte del estado ecuatoriano. Actualmente el Estado es propietario de Ecuador TV, Radio Pública, El Telégrafo, El Ciudadano, Andes, PP el Verdadero, TC Televisión, TC Radio, Gama TV, Multicom, América Visión… voy a parar la lista porque no me quiero quedar en este párrafo hasta la siguiente semana.
Los empresarios son una suerte de Chupa-Cabra al asecho, para el mandatario. Ahora bien las cosas buenas y malas no vienen solas y con la banda presidencial se vino también la buena suerte para los Correa. Actualmente Fabricio Correa, hermano del Primer Mandatario, es un empresario, que incluso tuvo muchos contratos con el estado. Usted bien recuerda que esos contratos, por orden del mismísimo supremo, fueron sometidos a veedurías. Le voy a contar un cuento que es pertinente. Había una vez, en un lejano país, un presidente que solicitó la veeduría de los contratos que su nación tenía con uno de sus parientes. ¿Sabe qué les pasó, en esta historia, a los veedores? Todos los veedores fueron llamados a juicio ya que se les acusó de falso testimonio y perjurio. Lo que les sucedió a los veedores ecuatorianos, que eran cuatro, me recuerda a esta pequeña historia.
Los pelucones son como un zombi bajo la cama de Correa. Estos no tienen corazón, entonces está justificado el mandarles a comer mierda. Yo siempre me he preguntado, para ser pelucón, ¿cuáles son los requisitos? Creo que tener un departamento en Bélgica de 250 mil euros puede ser un requisito. Tal vez tener un lindo, aparentemente costoso y brillante relojito que se posa sobre la muñeca izquierda, como loro sobre hombro de pirata, puede ser requisito. Incluso vestir camisas bordadas que en el mercado valen aproximadamente unos USD 120 también puede ser un requisito. Otro que no se me puede pasar es decir que las Escuelas del Milenio son lo máximo para tener a los hijos en colegio privado. Me parece que otro posible requisito debería ser tener amigos pelucones, amigos como los del presi. No hay nada más pelucón que salir en una revista de pelucones mostrando tu casa pelucona de “USD 250000” no más, según la dueña, Gabriela Rivadeneira.
Otra peluconada es viajar en primera clase, durmiendo plácidamente antes de aterrizar en Miami y comenzar a hacer compras con toda la familia, como lo hacen Carlos Marx Carrasco y Rolando Panchana. Pero no hay nada más pelucón que decir que odias a los pelucones cuando, en realidad, quieres ser uno de ellos, en esta categoría pienso que entran casi todos los verde-flex.
Casi tan miedosos como Drácula, son los humoristas, sobre todo los que hacen caricaturas. Esto es lógico, pues quien publique dibujos del presidente cuando se enoja y las enseñe, genera terror. El sentido del humor del Mashi, según el Mashi, es buenísimo. Es más todos los sábados instala una carpa e invita payasos. El Primer Mandatario se ha burlado de las gorditas horrorosas, de los corrugtos, de Nebot, del hablado de Jorge Ortiz y de la estatura de Carlos Vera, de las rubias guapas que no representan a la guayaquileña. Al parecer siendo un humorista, el Mashi no soporta a los generadores del humor.
La partidocracia para Correa es el monstruo más monstruoso, es un Ogro. Partidocracia, en resumen, es una palabra que alude al poder de los partidos políticos, al gobierno de los partidos políticos. En la Asamblea Nacional la mayoría es de Alianza País. En la Corte Constitucional se admite todo lo que le favorezca a Alianza País. En el Consejo de la Judicatura está de presidente Gustavo Jahlk. El Consejo Nacional Electoral (CNE) está encabezado por cinco miembros que, hasta mediados del 2015 según Mil Hojas, son miembros o simpatizantes de Alianza País. El Consejo de Participación Ciudadana cumple algunas de sus funciones a través de comisiones ciudadanas de selección que a su vez se componen de un delegado que va por parte de Rafael Correa (cabeza del Ejecutivo), uno por parte del Legislativo (la Asamblea Nacional, principalmente, presidida por Gabriela Rivadeneira), uno por la Función Electoral (CNE, principalmente), uno por la Función de Transparencia y Control Social (uno que va de parte de ellos mismos) y cinco por la ciudadanía (miembros que fueron elegidos después de un concurso de oposición y méritos extremadamente cuestionado, por decir lo menos). Estas comisiones ciudadanas tienen como función designar a: Defensor del Pueblo, Defensor Público, Fiscal General del Estado, Contralor General del Estado y miembros del Consejo Nacional Electoral, Tribunal Contencioso Electoral, Consejo de la Judicatura, entre otros. Ahora bien, contésteme usted amable lector, con toda esta información, ¿gobierno de qué partido es? Eso, lo que usted respondió, ellos son la famosa partidocracia.
Hoy escuchamos a muchos medios de comunicación alabar la gestión gubernamental, medios oficiales. Los nuevos exitosos empresarios no son malos, cuando son parientes. Los pelucones no son pelucones si sus peluconadas las gestionan con ingresos subvencionados por la ciudadanía. El humor si se crea el sábado, entonces sí es chistoso. La partidocracia no es partidocracia si el partido que gobierna es Alianza País.
Ahora bien, seguramente si para este punto sigue leyendo estará pensando “esta mujer no me dice nada nuevo”. Y en efecto, hasta este punto nada es una novedad. No obstante, he notado dos cosas y me gustaría saber si las nota usted también. En primer lugar está esta: El gobierno de la revolución ciudadana ha hecho todo lo que dice que está mal hacer, y al parecer el deseo oculto de muchos gobiernistas era convertirse en pelucones, empresarios, humoristas, prensa, partidocracia. Quisiera que llevemos estas palabras al borde de la reflexión y nos preguntemos, ¿son realmente todos estos cucos malos? ¿Será que tener dinero, ser emprendedor, reírse de todo un poco, informar y gobernar es malo? ¿O será que lo realmente macabro es la forma en la que se obtiene el dinero, si se aprovecha para mal el tener poder empresarial, si la risa se vuelve un mecanismo de opresión, si se informa lo que al gobierno le conviene, que en vez de gobernabilidad exista totalitarismo?
Con lo antes dicho en mente, me gustaría saber si usted nota que muchos de nosotros, cuando escuchamos las palabras pelucón, partidocracia, empresario, prensa y humoristas tendemos a asociarlas con cosas negativas. ¿Qué siente usted? Si siente negatividad con respecto a estos cucos, entonces Rafael Correa ha logrado su objetivo, logró que sus cucos ya sean de todos. ¿Pero en qué se justifica que se le dé un contexto negativo a algo que se quiere ser? Seguramente, para que en el momento en el que se quiera atacar a los cucos llevados por la emoción avalemos los ataques, que derivan en incautaciones, censura, abusos, silencio y ausencia de crítica. Ya son nueva años de guerra declarada, ya son nueve años de estar utilizando pelucón como insulto, nueve años de odiar al empresario, nueve años de asociar prensa con corrupción, nueve años de persecución al humor, nueve años de soportar totalitarismo y centralización de poderes con la justificación de gobernabilidad. No quiero insinuar que los cucos son santos, pero la próxima vez, antes de crucificarles, preguntémonos, ¿acaso esto no es un efecto del cambio de diccionario mental patrocinado por los verde-flex?
Esta historia se está acabando y espero que cuando se acabe Alianza País sea historia. Pero no podemos olvidar, que después de estos, vendrán otros y si queremos que todo lo vivido no se repita debemos tenerlo presente. Sin importar quién venga después es invito a cuestionar, cada paso sin importar quién lo dé. Que no nos vuelvan a manipular, a mentir, que no nos vuelvan a romper.