Ricardo Piglia, el último lector, ha muerto

BUENOS AIRES (ARGENTINA), 23/11/2016.- Fotograma cedido por el director de la película documental "327 cuadernos" (2015), Andrés Di Tella, en el que aparece el escritor argentino Ricardo Piglia leyendo sus diarios en 2014 en Buenos Aires (Argentina). Mientras se rebela contra la "injusticia absoluta" de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), que le diagnosticaron en 2013, el escritor Ricardo Piglia cumple este jueves 75 años rodeado de amigos y literatura, esa misma que, según cuenta en una entrevista a Efe, le ayuda a "seguir vivo". EFE/Andrés Di Tella / SOLO USO EDITORIAL/NO VENTAS

El escritor argentino Ricardo Piglia falleció hoy, 6 de enero, según informó diario Clarín. Tenía 75 años y era una de las voces más prominentes de la literatura argentina, latinoamericana y la escrita en lengua castellana.

Lector, crítico, editor, guionista de cine, profesor de literatura y, fundamentalmente, narrador. Nació en Adrogué, provincia de Buenos Aires, el 24 de noviembre de 1941.

Vivió la mayor parte de su vida en Argentina pero también en Estados Unidos, mientras ejerció como catedrático de universidades como Harvard y Princeton.

Publicó las novelas ‘Respiración artificial’, ‘La ciudad ausente’, ‘Plata quemada’, ‘Blanco nocturno’ y ‘El camino de Ida’. También fue cuentista y publicó ‘Jaulario’, ‘Prisión perpetua’, ‘Cuentos morales’ y ‘El pianista’, entre otros libros en ese género.

De hecho, fue un teórico indispensable del cuento y a analizar este género le dedico una importante parte de su obra ensayística, que es inmensa y muy profunda.

En el año 2005 publicó ‘El último lector’ (Anagrama), en la que prefiere definirse como lector más que como escritor y en la que analiza el papel del lector en el proceso creativo de la obra literaria. Un libro en donde resalta a la lectura como una pieza fundamental del arte y donde establece las categorías de los lectores, en medio de esa selva o jardín botánico que constituye la lectura.

«La lectura es un arte de la microscopia, de la perspectiva y del espacio (…), es un asunto de óptica, de luz, una dimensión de la física», señaló sobre este oficio, cada vez menos común. Para Piglia, el último lector era el último artista. «Si el narrador es el que transmite el sentido de lo vivido, el lector es el que busca el sentido de la experiencia perdida», dijo.

Sufría de una esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que le afectó las neuronas y el control de sus músculos, por cuanto optó por dictar su obra en los últimos tiempos. Jamás perdió la lucidez intelectual y creativa. Su último genial proyecto fue ‘Los diarios de Emilio Renzi’, que son sus memorias y su testamento intelectual y estético. (I)

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