Jeff Nichols: «En EE.UU. lo pasamos muy mal al hablar de sexo»

PARÍS, 19/01/2017.- Fotografía cedida por la distribuidora Vertigo Films del director estadounidense Jeff Nichols que ha concedido una entrevista a la Agencia Efe con motivo del estreno de su última película "Loving", que se estrena mañana en España. EFE/Vertigo Films ***SOLO USO EDITORIAL***

Gran cronista del Sur profundo de Estados Unidos, el director Jeff Nichols hurga en su última película, «Loving», en los complejos raciales de sus compatriotas, incómodos al imaginar a un hombre blanco y una mujer negra en la cama. «En EE.UU. lo pasamos muy mal al hablar de sexo», asegura a Efe.

La historia de amor entre Richard y Mildred Loving (Joel Edgerton y Ruth Negga en el filme) fue uno de los jalones discretos pero necesarios en la inacabada lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, que Nichols (Little Rock, Arkansas, 1978) lleva a la pantalla con sutileza y contención.

«Esta historia era muy incómoda para la gente, todavía no gusta pensar en ella, como tampoco pensar en dos hombres que tienen relaciones sexuales. Diría que a una mayoría de americanos no les gusta la idea de un negro practicando sexo con una blanca», opina en una entrevista con Efe sobre una película cuyos protagonistas estuvieron nominados a los Globos de Oro y bien situada para los Óscar.

Al casarse en 1958, los Loving violaron las leyes contra el matrimonio interracial de Virginia, por lo que fueron obligados a abandonar su estado natal para no ser recluidos en prisión. Pero su larga lucha en los juzgados acabó en una histórica decisión del Tribunal Supremo que acabó con esa discriminación.

Nichols, una de las mayores promesas entre los directores de su generación, se topó en «Loving» con una dificultad que nunca había encontrado en su carrera: contar una historia que sucedió realmente.

«Cuando creo a los personajes yo mismo, nadie puede discutir conmigo sobre su legitimidad. Pero aquí, al ser personas reales, tenía una responsabilidad añadida, que es abrumadora», confiesa el autor de cintas como «Mud», «Take Shelter» o «Midnight Special», que presentó «Locing» en el Festival de Cannes.

Su objetivo fue «no hacer parecer a los personajes buenos o malos, sino intentar entender sus razones al hacer las cosas».

Esa aversión de Nichols por el clímax y por estilizar el drama lleva a que en «Loving» los malvados nunca lo sean tanto, pues lo que le importa es recrear una historia de amor real y que para muchos de sus compatriotas todavía hoy es desconocida.

Aunque no estuvo tentado de añadir dramatismo, reconoce que sí tuvo miedo de quedarse corto, porque la lucha de los Loving «no estuvo marcada por grandes manifestaciones, sino que fue muy privada. Comenzó en su propia habitación, donde irrumpió la policía para sacarlos de la cama».

«La naturaleza humana no siempre ofrece películas satisfactorias», sostiene, al tiempo que asume que eso hará que muchos espectadores no encuentren lo que buscaban en ella.

Entre risas, confiesa que su propia mujer –«a ella le gusta ir al cine para que la hagan sentirse feliz, no desgraciada»– le obligó a introducir en el montaje final la escena en que Richard le pide a Mildred que se case con él, que él había ocultado en una elipsis.

«Ahora es su película favorita, aunque también ‘Shotgun Stories’ (su debut en 2007), porque la monté en nuestro cuarto de la lavadora. ¡Entonces no me podía permitir ningún otro lugar!», evoca.

Designado por Martin Scorsese como uno de sus sucesores -fue él quien le llamó por teléfono para proponerle llevar a la pantalla la historia de los Loving-, Nichols se ha hecho un nombre dirigiendo películas que recrean el Estados Unidos rural y sureño.

No es algo premeditado, dice, pero tampoco sabe cómo habría podido ser de otra forma. «Recuerdo haber visto mucho valor en las historias de Mark Twain, Flannery O’Connor o William Faulkner y haber pensado que hablaban de forma verdadera sobre lo que les rodea, y eso las hacía universales», dice.

Sobre esa misma América de la que habla Nichols pesa ahora la sospecha de racismo e intolerancia por votar a Donald Trump como presidente.

«Eso es tan peligroso como cualquier otro estereotipo, pero es una debilidad del género humano: nos gusta crear categorías, clasificar, nos hace sentirnos más cómodos. Todos sabemos que la verdad es mucho más compleja. Hay racistas en el Sur, pero también en el Norte. No creo que la intolerancia esté limitada a algunos lugares», dice.

Otra constante en el cine de Nichols -que se considera guionista antes que director- es la preeminencia de las relaciones familiares, que para él «lo son todo, el fundamento de la experiencia humana».

Tanto, que su próximo proyecto, con un gran estudio, será «una película de extraterrestres, y ya estoy pensando en papá alienígena, mamá alienígena y el niño alienígena…». EFE (I)

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