Deuda en China, un problema que requiere soluciones audaces

Transeúntes caminan frente a la sede de SiinoSteel Corp en Beijing el 18 de noviembre del 2015. La empresa recibió una ayuda inesperada del gobierno chino: un canje multimillonario de deuda por capital que podría ser el primero de su tipo para las compañías estatales con problemas financieros. Analistas, no obstante, dicen que ese tipo de rescates no resuelve los problemas de fondo derivados de un endeudamiento acelerado y exagerado de numerosas firmas, que puede afectar el crecimiento económico chino. (AP Photo/Mark Schiefelbein)

BEIJING (AP) — Abrumada por sus deudas, la firma comerciante de metales Sinosteel Corp. recibió una ayuda inesperada el mes pasado del gobierno chino: un canje multimillonario de deuda por capital que podría ser el primero de su tipo para las empresas estatales con problemas financieros.

La economía china sigue creciendo a un ritmo relativamente rápido, pero una prolongada desaceleración hace que aumente el temor de que muchas empresas hayan contraído deudas demasiado rápido y demasiado grandes, poniendo en situación difícil a la segunda economía más grande del mundo.

El gobierno dice que el acuerdo con Sinosteel, en el que bancos estatales aceptan acciones de la empresa para saldar una deuda de 60.000 millones de yuans (9.000 millones de dólares), puede ser un modelo para reducir deudas.

Los analistas, sin embargo, son más escépticos. Dicen que esas maniobras son típicas de un Partido Comunista que tiende a evitar medidas audaces y a apuntalar las empresas estatales.

«Siguen dando rodeos en lugar de tomar el toro por las astas», sostuvo Mark Williams, de Capital Economics.

La deuda total de empresas y particulares en China representa el 270% de la producción económica anual, según analistas del sector privado. Es un porcentaje muy alto para un país en desarrollo y cercano al nivel que tenían Estados Unidos y la Unión Europea antes de la crisis del 2008.

La deuda ha aumentado a un ritmo superior al 10% desde la crisis pues Beijing apeló repetidamente al crédito para impulsar el crecimiento económico y evitar la pérdida de empleos, con los riesgos políticos que eso conlleva.

En el 2016 la actividad crediticia subió entre un 17% y un 18%, sobrepasando el nivel de ahorros de una población conocida por lo ahorrativa, según Stantard & Poor’s. Eso deja a los bancos con pocos fondos de reserva.

El explosivo crecimiento económico chino llegó a su pico en el 2007, en que fue del 14,2% y sacó a China de sus problemas financieros. Pero la situación ha cambiado ahora que el crecimiento se redujo a menos de la mitad. Fue del 6,7% en los primeros nueve meses del año pasado, el más bajo desde 1990.

El banco regulador informó en octubre pasado que los préstamos en los que el deudor no había hecho pagos en 90 días habían sobrepasado los 300.000 millones de dólares.

Eso equivale a un modesto 2,15% del total de los préstamos, pero analistas del sector privado dicen que el nivel real es mucho más alto, cercano al 19% (o 2.500 billones de dólares), porque los bancos no incluyen los préstamos a empresas estatales dado que dan por sentado que el gobierno saldrá al rescate de ser necesario.

Es poco probable que se produzca una crisis como las que enfrentaron Japón y Corea del Sur en la década de 1990 porque tanto los prestamistas como los principales prestatarios son entidades estatales, según los economistas.

Si el estado tiene que salir al rescate, podría verse obligado a reducir sus inversiones en empresas productivas o en cosas como la educación, la salud y otros servicios públicos.

«Puedes evitar una crisis en los próximos años, pero no puedes evitar un crecimiento más bajo», dijo Williams.

El dilema en torno a la deuda refleja el conflicto entre el deseo de los gobernantes chinos de mantener una prosperidad derivada de una competencia de mercado libre y asegurar al mismo tiempo que las empresas estatales dominan la economía.

Bajo el presidente Xi Jinping, el PC se ha comprometido a saldar las deudas y a asegurarse de que los bancos financian actividades productivas en lugar de subsidiar empresas estatales. Pero la deuda sigue aumentando mientras el gobierno se abstiene de tomar medidas más efectivas.

Los reguladores dicen que apelarán a las fuerzas del mercado para forzar a las compañías estatales que controlan sectores clave como la siderurgia, los servicios públicos, las telecomunicaciones, la banca y las aseguradoras a ser más eficientes. Pero no permitirán que nadie quiebre. El último plan económico promete «estabilidad financiera», lo que hace pensar que no se permitirá que una empresa vaya a la quiebra.

El Banco de China describió el rescate de Sinosteel como un modelo para la futura reestructuración de deudas.

Pero algunas empresas creen que esa ayuda puede hacer que una firma «pierda motivación para mejorar», de acuerdo con Zhang Yingjie, director de investigaciones de la China Chengxin International Credit Rating Co. «El tema clave es cómo se eligen esas empresas».

«Dicen que están lidiando con el problema del endeudamiento y creando empresas viables», expresó Williams. «Pero da la impresión de que se están asegurando de que las empresas estatales siguen dominando» la economía.

(I)

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